Un grupo de científicos está decidido a desquitarse de los mosquitos desarrollando repelentes que emplean los químicos del aroma del cuerpo humano que los insectos detestan.
Los expertos aislaron los químicos del olor de personas que habitualmente no son picadas y esperan utilizarlos para mejorar los medios de prevenir la difusión de las enfermedades generadas por esos insectos en los países en desarrollo, como el paludismo, el dengue y la fiebre amarilla.
“Aquellas personas que no son picadas por los mosquitos producen químicos que los repelen y que enmascaran los aromas que, de otro modo, les resultarían atractivos a los insectos”, explicó el profesor John Pickett de Rothamsted Research, una organización sin fines de lucro de Inglaterra.
“Hay químicos adicionales que (estas personas) producen. Creo que esto transmite cierto mensaje a los insectos de que el potencial objetivo no es tan apropiado como otras personasâ€, agregó Pickett en una entrevista el lunes.
Pickett y su equipo de investigadores de la Aberdeen University en Escocia emplearon una técnica conocida como cromatografía electroantenográfica para identificar qué componentes de los aromas pueden detectar los mosquitos.
Actualmente, los científicos están comparando su impacto en los repelentes de insectos aprobados por la Organización Mundial de la Salud.
Hasta el momento, los resultados han sido prometedores, según los investigadores. Además de los mosquitos, también están observando a otro tipo de insectos transmisores de enfermedades.
“Investigar algo que es una parte tan importante de la ecología de los insectos da la oportunidad de obtener un repelente que será mucho más potenteâ€, consideró Pickett.
Los especialistas, que presentaron sus hallazgos para que sean publicados en una revista científica, aún están trabajando en fórmulas del producto, para asegurarse que dure por un período de tiempo prolongado.
Debido a que es un repelente tan potente, Pickett indicó que no sería necesario aplicarlo sobre la piel. Colocarlo en los puños de una camisa o en los pantalones sería suficiente para mantener los insectos alejados.
Los científicos esperan desarrollar la fórmula, que estará a la venta dentro de unos dos años.
Fuente: Reuters