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Brazos biónicos dan a amputados más libertad para moverse

Brazos biónicos dan a amputados más libertad para moverseLa noche antes de su gran conferencia de prensa, Claudia Mitchell cortó un bistec por primera vez desde que perdió su brazo izquierdo en un accidente en motocicleta hace más de dos años. Y todo gracias a su nuevo brazo biónico.

Mitchell, de 26 años, es la primera mujer que recibe el implante del brazo experimental, el cual redirecciona los nervios para enviar las señales de su cerebro a los motores eléctricos de la prótesis. Ella es una de las seis personas que están probando el brazo, desarrollado por el Instituto de Rehabilitación de Chicago.

Con su viejo brazo ortopédico, Mitchell sólo podía hacer una cosa a la vez: abrir su codo o abrir su mano. “Era raro”, manifestó durante la conferencia de prensa Mitchell, quien añadió: “tenía que pensar muy bien. ¿Mi mano está aquí? ¿Qué músculo debo mover”. La joven debía concentrarse en flexionar su músculo pectoral, o el tríceps, para impulsar el brazo.

Como muchas personas que sufrieron amputaciones, Mitchell, una ex marine, frecuentemente deja su viejo brazo ortopédico en casa. “Mi otro brazo, simplemente no funciona lo suficientemente bien como para que lo lleve. Este (nuevo) puede que sea más grande y lo sienta un poco incómodo, pero la cantidad de funciones que obtengo de él hacen que valga la pena ponérmelo”, explicó la joven.

El dispositivo es “un tanque”, admitió el doctor Todd Kuiken, su diseñador. Pesa 5 kilos y un motor se extiende más allá de su hombro, con cables y partes mecánicas, incluidos algunos de los seis motores, claramente visibles. La mano está cubierta con una funda de color piel que se asemeja a un guante para lavar la vajilla, y los dedos se mueven torpemente, pero se mueven.

“Anoche corté por primera vez un bistec desde mi amputación. Eso fue algo muy importante para mí”, expresó Mitchell.

Lo que es único del brazo de Mitchell es la interfase entre el cuerpo y la máquina. Kuiken trabajó con el cirujano plástico Gregory Dumanian en el Hospital Northwestern Memorial en Chicago para mover los cinco nervios que alguna vez controlaron el brazo de la joven, y que el accidente le arrancó desde el hombro.

Dumanian ubicó el final de los nervios en su pecho, donde volvieron a crecer cerca de la piel. Electrodos colocados en la superficie del pecho de Mitchell luego envían señales que controlan el brazo.

“El cerebro no sabe que estos nervios están conectados a un tejido o músculo diferente”, dijo durante la conferencia Kuiken, director de programas de amputación del instituto.

Cuando Mitchell piensa en mover su mano o su brazo, los nervios se activan como si aún estuvieran dirigiéndose camino a su brazo, su hombro y sus dedos.

Las señales son recolectadas por los electrodos colocados en su piel, los cuales envían los comandos a los seis motores del brazo electrónico.

Su viejo brazo ortopédico tiene los electrodos en un arnés plástico que se coloca sobre su hombro y parte del pecho. El brazo biónico es mucho más frágil y, por el momento, sólo puede utilizarse en el laboratorio del instituto.

El próximo paso es que las señales recorran el camino contrario, de los dedos de la prótesis a los nervios en el pecho y luego al cerebro, para que Mitchell pueda sentir presión, calor o frío, e incluso un borde filoso.

Mientras tanto, otros equipos de científicos están trabajando para desarrollar modos de controlar las prótesis usando sólo la mente, sin necesidad de realizar una cirugía para redireccionar los nervios.

Fuente: Reuters

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