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Cuida lo que comes en tiempos de calor

Cuida lo que comes en tiempos de calorEl cuidado con la preparación y consumo de alimentos en temporada de calor puede prevenir la aparición de infecciones gastrointestinales, que en esta época se presentan en mayor número por su rápida descomposición.

En temporada de calor, tanto el agua como los alimentos pueden ser vehículos que lleven microorganismos patógenos que tienen una temperatura óptima de desarrollo entre los 25 y 39 grados centígrados, señaló Celso Pérez Rostro, catedrático de la Escuela Superior de Medicina (ESM), en un comunicado difundido por el Instituto Politécnico Nacional.

“En la temperatura ambiente en la que nos encontramos en esta época del año, si un alimento no se conserva en refrigeración o no es consumido inmediatamente después de su cocimiento, existe la posibilidad de que las bacterias se multipliquen alcanzando una concentración suficiente para producir daño al organismo”, advirtió Pérez Rostro.

Respecto a los productos del mar, los pescados son los que representan menor problema, ya que se consumen cocinados; sin embargo, las almejas y los ostiones se comen crudos y existe un riesgo mayor de que produzcan infecciones gastrointestinales.

“El ostión se alimenta a través del plancton y filtra miles de litros de agua todos los días como forma de alimentación; dentro del plancton que filtra también atrapa microorganismos que se reproducen más rápido en esta época del año”, explicó.

La leche, la crema y el queso deben ser refrigerados a una temperatura de entre 2 y 8 grados centígrados para evitar la proliferación de bacterias.

Consumir alimentos en la vía pública no es recomendable porque hay muchos microorganismos en el ambiente, como los quistes de algunas amibas o los huevecillos de algunos gusanos, que pueden viajar hasta kilómetros, y así propagarse por grandes distancias infectando los alimentos que están al aire libre.

Los síntomas de la infección gastrointestinal son diarrea acuosa (en algunos casos acompañada con sangre, pus o moco), náuseas, vómito, fiebre y dolor de cabeza. “Después una de las consecuencias es la deshidratación que puede ser como parte del cuadro clínico de la gastroenteritis, pero la deshidratación es más delicada en los niños”, advirtió.

En caso de presentar alguno de estos síntomas es necesario acudir inmediatamente a una revisión médica y suministrar inmediatamente electrolitos (sobre todo a menores de edad), para restablecer el proceso de hidratación, concluyó el experto.

Fuente: Georgina Montalvo

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