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Información nutricional de McDonald’s no diferencia las grasas

Información nutricional de McDonald’s no diferencia las grasasCasi 500 kilocalorías repartidas en 95 gramos. Más de un tercio de las necesidades diarias de proteínas y grasas, una quinta parte de hidratos de carbono y casi la mitad de sal. Eso, según el recién estrenado etiquetado nutricional de McDonald’s, es una Big Mac.

La cadena de restaurantes acaba de introducir en España un etiquetado en todos sus envases que informa del valor nutricional de sus productos. Antes de consumir el artículo, el usuario podrá comprobar la cantidad de calorías, proteínas, grasas, hidratos de carbono y sal que contiene y comparar estos valores con sus necesidades diarias.

Alimentación equilibrada

El objetivo, como ya anunció la empresa hace casi un año, es que cada persona pueda elaborar su propia alimentación de forma equilibrada. Para ello, ha diseñado un sencillo código visual basado en iconos y cuadros de barras que aporta información sobre los valores alimenticios de cada producto y permite al consumidor comparar los valores alimenticios del producto con la cantidad de los mismos que debería consumir diariamente.

McDonald’s pretende conseguir que “la gente sepa lo que está comiendo y lo que eso significa para su salud“, según explicó Patricia Abril, presidenta de la empresa en España. Sin embargo, la información ofrecida por la empresa puede resultar confusa ya que en el etiquetado del envase no se aporta información alguna sobre los distintos tipos de grasa que contiene cada alimento.

Bajo el epígrafe único de ‘grasas‘ se engloba tanto aquellas que tiene origen vegetal, que en su mayoría no son perjudiciales para la salud, como aquellas que tienen origen animal o industrial, cuyo consumo frecuente puede causar problemas cardiovasculares.

Nada sobre las grasas ‘trans’

En la página web que la empresa ha creado para esta campaña (www.mcdonaldsmenu.info) se amplía la información nutricional que se aportan en el envase y aparecen referencias a las grasas de origen animal (saturadas) que contienen los alimentos. Sin embargo, en ningún sitio se aporta información sobre la cantidad de grasas de origen industrial (‘trans’), un lípido precisamente muy habitual en la comida rápida ya que está presente en muchos aceites que se usan para cocinar y en la bollería industrial.

Varios trabajos publicados recientemente en Circulation, una revista de la Asociación Americana del Corazón, recuerdan que las grasas ‘trans’, que se obtienen de manera artificial añadiendo hidrógeno a la estructura química de las grasas vegetales, son importantes desencadenantes de los riesgos cardiovasculares. Entre otras cosas, favorecen la aterosclerosis, elevan el colesterol LDL o ‘malo’, disminuyen la presencia del HDL o ‘bueno’ en el organismo y fomentan la aparición de diabetes tipo 2.

Por todo ello, las autoridades sanitarias recomiendan no consumir más de un 2% de este tipo de grasas en la alimentación diaria.

Fuente: elmundo.es

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