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Marca los límites

Marca los límitesHay cosas que cambian para bien y otras para mal. Según expertos, el que los papás ya no ejerzan con sus hijos la autoridad, como lo hacían antes, ha provocado que los niños de ahora sean berrinchudos, agresivos, caprichosos y con poca tolerancia a la frustración.

Patricia Juárez Badillo, especialista en psicoterapia gestalt, comenta que ahora los padres ya no le ponen límites a sus hijos y esto ha causado que estén a merced de sus caprichos.

En la actualidad, no es extraño observar que un hijo le grite, conteste groseramente o le falte al respeto a sus papás, asegura la también fundadora del Centro de Desarrollo Integral Mundo Infantil.

“Hay casos de niños que incluso golpean a sus padres”, dice Margarita Espinoza, académica de la Facultad de Pedagogía de la Universidad Panamericana.

Llega un momento en que son los hijos quienes llevan la batuta y ordenan qué hacer“, advierte Juárez Badillo, también autora de Padres “Buenos” Padres “Malos”. Niños Felices Educados con Límites (Editorial Grijalbo).

Para contrarrestar esta situación, indica, es necesario que los padres sean estrictos con las reglas. No deben tener miedo de aplicar castigos, aunque es muy importante no confundir ejercer autoridad con ser violentos.

“No significa que existan gritos y sombrerazos, de hecho las reglas se pueden aplicar con mucho amor”, subraya.

A los papás les afecta que los pequeños sean caprichosos, pero al final de cuentas los más perjudicados son ellos mismos.

“Los niños sin límites no tienen una dirección y al no tener una dirección pueden ser presa fácil de ambientes peligrosos”, precisa la académica.

Espinoza agrega que en etapas adultas pueden ser víctima de las drogas y ser parte de grupos donde destaque la agresividad. Además, pueden convertirse en personas inadaptadas porque la sociedad se rige por medio de reglas.

En Padres “Buenos”… Juárez Badillo ofrece muchos ejemplos de cómo pueden actuar los papás para poner límites a sus hijos. Aquí citamos algunas de las situaciones más comunes.

Fuente: Patricia Juárez Badillo y Margarita Espinoza

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