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Tu sistema inmune es el mejor antiviral

Tu sistema inmune es el mejor antiviral“Tenemos la cura”, anunciaron hace días las autoridades de salud al referirse a los casos de influenza de origen porcino que se presentaron en México. Ante esta noticia, es muy probable que su nivel de angustia haya disminuido.

Pero tener en cuenta que otra parte del trabajo, en caso de que usted adquiriera el virus de la influenza, lo realizaría su sistema inmunológico, le puede traer mayor calma.

“En 95 por ciento de los casos, la influenza es una enfermedad autolimitada, es decir, el propio organismo se defiende y vence al virus”, explica Miguel Ángel Lezana, director del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (Cenavece).

Los medicamentos antivirales que constituyen “la cura” anunciada se convierten en “estrechos colaboradores” en los casos donde el virus va ganando la batalla al sistema inmunológico. Pero, en general, contar con un sistema inmune fuerte y detectar los síntomas a tiempo son dos de los elementos clave para derrotar la influenza.

Desde el principio

El cuerpo humano puede pasar unos días sin darse cuenta de que “hay alguien husmeando sus adentros“, sobre todo si nunca “lo ha visto”, como es el caso del nuevo virus de la influenza, indica Guillermo Meléndez Mier, médico internista.

En ese tiempo, que puede ser de hasta dos semanas, el virus anda como pez en el agua porque el sistema inmune primero se percata de que algo está dañando las vías respiratorias. Este es el periodo en que la persona infectada puede contagiar a otros con mayor facilidad.

Al tratarse de un virus nuevo, el sistema inmune tarda en reconocer que esos virus son los que están causando los daños. Pero, una vez que el “extraño” ha quedado plenamente identificado, empieza a actuar.

“Las células son como bolsas que están llenándose cada vez más de virus, hasta que llega un momento en que se revientan; entonces los virus pasan a la sangre y, ya ahí, van en busca de células sanas para seguirse reproduciendo”, comenta Meléndez Mier, también consultor de la Fundación Mexicana para la Salud.

Al romperse las células, ellas mismas sueltan múltiples sustancias químicas que generan una serie de reacciones. Esas reacciones se manifiestan en los multicitados síntomas: fiebre, dolor en las articulaciones, tos y, en algunas personas, vómito y diarrea.

Cuando aparecen los síntomas, quiere decir que el cuerpo ya se está autolimitando“, dice Meléndez Mier. En esta etapa, los medicamentos que se prescriben son sólo para tratar los síntomas: que bajen la fiebre, descongestionen las vías respiratorias y disminuyan el dolor. Mientras, el sistema inmune sigue con su trabajo.

Sistema rebasado

En los casos en que el sistema inmune se ve rebasado por la cantidad de virus que se han reproducido, los síntomas empeoran y el daño a las vías respiratorias aumenta.

Para quienes han recibido el diagnóstico confirmatorio de que padecen influenza de origen porcino, la opción de tratamiento son los antivirales, pues no existe vacuna específica que actúe contra el mal.

En la batalla del sistema inmune contra el virus, muchas células, “como los soldados que van a la guerra, mueren”, indica Meléndez Mier. Pero, si el paciente ya está recibiendo los antivirales, cuyo mecanismo de acción puede ser evitar que el virus se reproduzca o entre a las células, las que aún se encuentran sanas podrán retomar la defensa.

Para entonces, como el sistema inmune ya tiene identificado al enemigo y sabe exactamente cómo actuar contra él, empieza a recuperarse y, en la mayoría de los casos, resulta vencedor.

Fuentes: Miguel Ángel Lezana y Guillermo Meléndez Mier

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