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No le des la espalda y cuídala

Aún estás a tiempo: No permitas que llegue el verano y te concentres en la búsqueda de prendas que le impidan lucir tu espalda, sólo porque la has estado descuidando hasta el abandono rotundo.

Algunas llantitas, resequedad, la aparición de lunares o manchitas rojas, y hasta las infecciones se convierten en los daños más comunes que atacan esta parte del cuerpo.

“Esa piel (de la espalda) es una cubierta gruesa y resistente que llega a medir hasta dos milímetros de ancho, en la que constantemente aparecen problemas”, afirma el dematólogo Jorge Ocampo.

Uno de los más comunes es ocasionado por el desarrollo de las glándulas sudoríparas y sebáceas, que aumentan su producción sobre todo en la temporada de verano.

En cuidades donde el clima es extremoso, la piel de la espalda se ve dañada en todas las temporadas del año. “En el invierno se presentan problemas de irritación de la piel, que provocan resequedad y algunas alergias por el uso de telas como la lana.

“En el verano, se presentan problemas ocasionados por el exceso de humedad en la piel manifestados por hongos o bacterias”, explica Ocampo Candiani.

Dentro de otras complicaciones se encuentran las infecciones adquiridas por bacterias, donde se obstruyen los folículos de salida de las glándulas sudoríparas y se origina la foliculitis.

También ocurre que se presentan los problemas contraídos por algún virus manifestado con verrugas.

La textura de la piel varía de acuerdo a la edad:

• El niño tiene una piel más suave y delgada, no se requiere la aplicación de grasas.
• En el adolescente ocurre algo diferente, porque aumenta la estimulación de grasas debido a los cambios hormonales de la edad.
• A partir de la cuarta década de vida, la piel se va resecando y aparecen lunares, manchas rojas y verrugas.

Fuente: Jorge Ocampo

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