Glosario de la Salud

Inyéctate con cuidado

Aunque para el sector salud no sea lo más recomendable, es un hecho que algunos pacientes se inyectan en el hogar el medicamento que necesitan, ya sea con la ayuda de algún familiar o conocido.

Aunque para el sector salud no sea lo más recomendable, es un hecho que algunos pacientes se inyectan en el hogar el medicamento que necesitan, ya sea con la ayuda de algún familiar o conocido, afirma Diana Ruvalcaba Rodríguez, secretaria académica de la Facultad de Enfermería de la UANL.

“Lo hacen en base a un conocimiento empírico, pero nosotros como profesionales sabemos que esto no es suficiente, porque la inyección puede ser colocada de manera incorrecta y el paciente puede sufrir riesgos“, afirma.

Pese a ello, comenta que esta práctica no puede ser detenida y que en el mejor de los casos, las personas que deseen continuar haciéndolo deben tener en cuenta algunas reglas básicas para inyectar de manera segura y evitar complicaciones.

Para resolver dudas y estar bien capacitados, la experta recomienda que las personas que deseen realizar este procedimiento en casa se acerquen al centro de salud más cercano para recibir instrucciones por personal médico calificado.

Siempre informados

Antes que nada, es imperativo que el paciente esté enterado o de acuerdo con que le inyecten. Además, debe estar perfectamente informado del tipo de medicamento que se le va a administrar.

También se recomienda que la persona que vaya a realizar el procedimiento esté preparada sobre el procedimiento, y conozca los efectos de la sustancia, la dosis adecuada y la vía correcta de administrarlo.

Otro elemento a tomar en cuenta es el metabolismo de la medicina, es decir, cómo reaccionará el organismo de la persona.

“Si le estoy aplicando inyecciones a una vecina y le observo alguna alteración, quizás yo puedo identificar que está teniendo una reacción solamente con verla, pero otros no”, advierte Ruvalcaba.

Las reglas de higiene son fundamentales, así que el lavado de manos antes de manipular la jeringa y el frasco o ampolleta de medicamento es primordial. Utilizar guantes y tener a la mano alcohol o agua destilada es básico.

La recámara o cuarto debe estar bien iluminado y tanto el paciente como la persona que inyectará deben encontrarse en una posición cómoda al momento de la punción.

En el área de los glúteos, la región óptima es el cuadrante superior derecho, mientras que en la pierna, la zona adecuada es el tercer medio del muslo. Cuando se ha aplicado de manera frecuente en los glúteos es recomendable aplicarla en las piernas.

Por su sensibilidad, en los niños no es recomendable hacerlo en casa, ya que su primera reacción al recibir un estimulo es moverse, por lo que siempre será preferible que sea aplicada por un profesional.

Riesgos

Ruvalcaba comenta que existen cuatro vías para administrar una inyección: intradérmica, subcutánea, intravenosa e intramuscular.

“Por su profundidad, la que conlleva más riesgos es la intramuscular y es una de las que la gente efectúa en casa”.

Algunos de las consecuencias por una inyección mal administrada son lesiones en la piel, hemorragias y alteraciones en el nervio ciático.

“En los músculos de los glúteos se encuentran nervios que juegan un papel importante en el movimiento de nuestras piernas, por lo que si se lastiman puede traer consecuencias; también es posible que se presente irritación y abscesos sobre la epidermis”, afirma Ruvalcaba.

Con las unidades de medición hay que ser muy cuidadoso, dice, ya que algunas personas no saben diferenciar la cantidad contenida en un frasco de medicamento, con la que debe ser administrada.

“Sabemos sumar, restar, multiplicar y dividir, pero algunos no saben la diferencia entre un mililitro y una décima de mililitro, es totalmente, diferente y no saber esa diferencia a la hora de inyectar puede ser peligroso”, alerta.

Por ser de uso delicado, los medicamentos anticonvulsivantes no están recomendados para administrarse en casa.

Tampoco inyectar a pacientes con vih, sífilis, hemofilia, o leucemia es lo ideal, esto por los peligros que implica tanto para el paciente, como para sus familiares, en caso de una hemorragia debido a la punción de un vaso sanguíneo.

“Es poco probable que tengan idea de cómo controlarla, son situaciones muy riesgosas si no están calificados”, dice.

Fuente: Diana Ruvalcaba

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