El preservativo no hace diferencias por género o por prácticas sexuales a la hora de proteger frente a la infección por el virus del herpes simple tipo 2, una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes. Según una revisión de estudios sobre el tema, quienes utilizan siempre los profilácticos en sus relaciones reducen un 30% el riesgo de contraer el herpes.
La eficacia de los condones para proteger del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la clamidia o la gonorrea está bien documentada en la literatura científica. Sin embargo, su acción frente al herpes simple no está tan clara.
Para arrojar algo de luz, un equipo de investigadores del Departamento de Epidemiología de la Universidad de Washington (Seattle, EEUU) y del Departamento de Prevención de Enfermedades de Transmisión Sexual de los CDC (los centros para el control de enfermedades de EEUU) ha elaborado el mayor análisis sobre la cuestión -tras revisar seis trabajos previos- y publican sus nuevos resultados en Archives of Internal Medicine.
Los autores estudiaron una población de 5.384 individuos sanos, con una media de edad de 29 años. Durante poco más de un año, 415 de ellos contrajeron el virus del herpes simple, con una incidencia mayor en mujeres que en varones.
Aquellos que usaron el condón el 100% de las veces tenían un 30% menos posibilidades de infectarse que quienes no se lo ponían. Además, el riesgo de adquirir el virus del herpes simple disminuye un 7% por cada 25% de tiempo adicional que se use, tanto en relaciones vaginales como anales. La protección es la misma para hombres que para mujeres.
“Aunque la magnitud de este efecto protector no es tan grande como la demostrada para otras infecciones de transmisión sexual, una reducción del 30% es significativo y puede tener importantes beneficios tanto individuales como de salud pública”, explica Emily T. Martin, de la Universidad de Washington (EEUU) y una de las autoras del estudio. “Estos datos deberían servir para recomendar, aún más, el uso de los preservativos”, añade.
Para la prevención del VIH, la eficacia de los condones es de un 90%. Esta diferencia entre una y otra infección se debe a los distintos mecanismos que utilizan los virus para entrar en el organismo.
Mientras que el VIH se transmite, entre otras vías, por el contacto con fluidos corporales que porten virus -como el semen-, el virus del herpes simple tipo 2 se transmite a través del contacto piel con piel o de la piel con la mucosa. Por esto, hay más posibilidades de contagio, ya que el virus puede estar presente en áreas que no llega a cubrir el condón.
Fuente: elmundo.es