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El ojo seco

Si con frecuencia sientes "basuritas" en los ojos, enrojecimiento, ardor o cansancio ocular, ponte alerta: puedes tener ojo seco.

Si con frecuencia sientes “basuritas” en los ojos, enrojecimiento, ardor o cansancio ocular, ponte alerta: puedes tener ojo seco.

Este padecimiento ocular es bastante frecuente; se presenta entre el 10 y 15 por ciento de los adultos en general.

El ojo seco corresponde a la escasez de lágrima o reducción en la habilidad del ojo para producir suficientes lágrimas”, señala el cirujano oftalmólogo Adolfo Morales.

Las causas se relacionan con infecciones oculares, factores ambientales, medicamentos, y con otras cuestiones como alteraciones en la acción del parpadeo y el envejecimiento normal de las células que provoca cambios físicos y hormonales que reducen la producción lagrimal.

Enfermedades como el síndrome de SjÁ¶gren (enfermedad que afecta las glándulas que producen humedad en el cuerpo), lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide, y otras enfermedades sistémicas asociadas, también están vinculadas a padecer ojo seco.

La lágrima tiene el propósito de mantener el ojo húmedo para protegerlo, y está formada por moco, grasa y agua. Con el moco se adhiere, la parte aceitosa evita que se evapore rápidamente, y el agua le da su característica líquida”, explica el especialista en glaucoma y en microcirugía ocular láser.

Con cada parpadeo se esparce la lágrima por la superficie del ojo, normalmente, tarda aproximadamente 10 segundos en evaporarse, pero en los pacientes con ojo seco, la lágrima se evapora más rápidamente.

Síntomas

Los principales síntomas del ojo seco son ardor, dolor, picazón y sensación de cuerpo extraño como arenilla dentro del ojo.

“Se recomienda consultar al oftalmólogo para que determine de qué tipo de ojo seco se trata. En la mayoría es de leve a moderado, en raras ocasiones resulta severo”, expresa Morales.

El tratamiento adecuado y oportuno es importante, ya que si la superficie del ojo no se mantiene húmeda, tienden a formarse pequeñas erosiones en la córnea que, a largo plazo, se pueden convertir en cicatrices que pueden llegar a alterar su transparencia.

“En los casos leves y moderados se recomiendan lágrimas artificiales o gotas y geles lubricantes, y en los casos severos puede recurrirse a un tratamiento quirúrgico”, explica.

Existe una gran cantidad de lágrimas artificiales y lubricantes oculares destinados a diferente tipo de ojo seco, pero no todas las gotas sirven para el mismo padecimiento.

Además, algunos pacientes podrán necesitar un tratamiento de manera temporal, mientras que otros lo requerirán de por vida.

La principal recomendación es acudir con el especialista.

Fuente: Adolfo Morales

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