El otro día en un café escuchábamos indiscretos una charla en la que bromeaban sobre las falsas apariencias. Fíjate tú fulanita que parecía una mosquita muerta y hay que ver como le va la marcha. Pues fulanito que parecía bobo y por lo visto es un ligón de primera.
Por lo visto, siempre ha existido el mito de que no es oro todo lo que reluce y que detrás de un aspecto anodino puede encontrarse el mejor o la mejor amante.
En nuestro caso, sí podemos recordar personas con apariencia de ‘sex symbol’ con una vida sexual muy pobre. Concretamente una ‘señora de bandera’, como se suele decir, rubia, con un tipazo, guapísima y vestida para conquistar, que era más fría que un témpano de hielo. Todos hemos oído hablar del guapo soso y falto de ‘sex appeal’ y del feo gracioso y cachondo que las lleva locas.
Las personas con las que convive por motivos de trabajo -y con las que no se tiene excesiva intimidad- pueden despertar fantasías y elucubraciones más o menos expresadas sobre sus supuestas aptitudes amatorias. Muchas veces se piensan y otras se comentan, entre compañeros: “Fíjate en fulanita, parece calladita pero tiene pinta de montárselo de miedo”. O entre ellas vislumbrar un portento sexual detrás de unas gafas de miope.
No tenemos datos para saber cuanto hay de verdad en estas elucubraciones, pero si podemos arriesgarnos a decir que las expectativas no siempre se cumplen. Que no siempre el más deseado o la más deseada por su flamante apariencia, son los que mejor resuelven los lances amatorios. Queremos que nos contéis vuestras experiencias sobre este tema para poder conocerlo mejor.
¿Qué opináis vosotros sobre las apariencias y el desempeño sexual? ¿Alguna vez te has visto gratamente sorprendido por un buen o buena amante que no lo aparentaba? ¿Te has llevado alguna desilusión porque las apariencias no han cubierto tus expectativas
Fuente: elmundo.es