La diabetes tipo 2 se puede prevenir si se ayuda a las personas a que pierdan entre 7 y 10 por ciento de su peso corporal, a la vez que se aumenta su actividad física a un nivel moderado.
Así lo han demostrado estudios realizados en China, Finlandia y Estados Unidos, asegura Francine Kaufman, especialista en diabetes, en un artículo del número especial de mayo de Diabetes Voice, publicación de la Federación Internacional de Diabetes (FID).
“La obesidad es el resultado de factores genéticos y de origen conductual, como entornos que ofrecen a la gente un fácil acceso a demasiada comida (especialmente a alimentos baratos ricos en grasas y azúcares y bajos en nutrientes) y a una actividad física insuficiente”, escribe la presidenta de la Sección Consultiva sobre Diabetes en la Infancia y la Adolescencia de la FID.
La especialista considera que se deben tomar en cuenta experiencias positivas de escuelas con las que han logrado reducir los casos de obesidad.
Por ejemplo, en escuelas de California, Estados Unidos, redujeron las horas del uso de la televisión, el video y los videojuegos a entre 8 y 12 horas por semana; y en Singapur, incorporaron educación nutricional a la currícula escolar, cambiaron los menús para el almuerzo escolar e instalaron dispensadoras de agua fría para reducir la ingesta de bebidas azucaradas.
Sin embargo, la autora considera que para prevenir el aumento de casos de diabetes en niños y adolescentes deben participar, cada quien desde su ámbito, gobiernos e industria, científicos, escuelas, familias e individuos.
“Si logramos la participación de todos los miembros de la sociedad, los niños que ya sufren la carga de la diabetes, o quienes estén bajo riesgo, tendrán la oportunidad de madurar como miembros sanos de la sociedad, uno de sus derechos humanos básicos”, concluye la endocrinóloga.
Fuente: Georgina Montalvo