Tomar alcohol y fumar cigarrillos parece aumentar el riesgo de padecer ciertos cánceres comunes de garganta y estómago. Los hallazgos, presentados en un encuentro de la Asociación para la Investigación del Cáncer en Washington, destacan la recomendación de llevar un estilo de vida saludable y beber y fumar sólo con moderación.
“Parece que los fumadores actuales corren los mayores riesgos y los ex fumadores tienen un riesgo intermedio comparado con quienes nunca fumaron”, indicó en un comunicado Jessie Steevens, epidemióloga de la Universidad Maastricht en Holanda.
La incidencia de cáncer de estómago se redujo drásticamente en Estados Unidos y Europa occidental en los últimos 60 años, pero la enfermedad sigue siendo un problema serio en el resto del mundo, donde es una de las principales causas de muerte por cáncer, según la Clínica Mayo.
El cáncer de esófago o garganta es una forma tumoral que comienza en la cubierta interna del esófago, que es el tubo que conecta la garganta con el estómago.
Los investigadores realizaron un seguimiento a más de 120,000 residentes holandeses durante más de dos décadas, para evaluar los factores de riesgo del adenocarcinoma esofágico y el gástrico, un tipo de cáncer de estómago, además de los del carcinoma esofágico de células escamosas, que se asemeja al cáncer de cabeza y cuello.
Otros estudios vincularon el cáncer esofágico en general con el consumo de alcohol y el tabaquismo, pero Steevens y sus colegas querían establecer con mayor precisión qué riesgos implicaban en los distintos tipos de tumores del esófago.
El equipo halló que en el caso del carcinoma esofágico de células escamosas, que representa cerca de la mitad de los cánceres de garganta, las personas que consumían cuatro vasos de alcohol por día tenían cinco veces más riesgo de desarrollarlo que los abstemios.
Fumar se relacionó con un aumento del riesgo en los tres tipos de cánceres, aunque en el caso del cáncer más común de garganta el peligro era mayor, señaló Steevens.
“Estos son los resultados cuando no se consideran otros aspectos del tabaquismo, como la cantidad de cigarrillos consumidos a diario y de años que una persona ha fumado”, agregó la autora.
“Cuando tuvimos en cuenta la duración del hábito y su frecuencia, pareció que la diferencia en el riesgo entre los ex fumadores y los actuales podría explicarse por esos otros aspectos del tabaquismo”, finalizó Steevens.
Fuente: Reuters