Cáncer

Un rompecabezas llamado cáncer

¿Por qué en algunas personas el tumor se disemina por diferentes partes del cuerpo y en otras afecta sólo a un órgano? Conocer la respuesta a esta pregunta podría ir de la mano de terapias capaces de evitar muchas muertes en pacientes oncológicos. Investigadores de la Universidad de California (EEUU) y de Taiwán han encontrado una pista, un factor clave en ciertos procesos inflamatorios relacionados con la metástasis. Se trata de la séptima pieza de un rompecabezas llamado cáncer.

Un rompecabezas llamado cáncer¿Por qué en algunas personas el tumor se disemina por diferentes partes del cuerpo y en otras afecta sólo a un órgano? Conocer la respuesta a esta pregunta podría ir de la mano de terapias capaces de evitar muchas muertes en pacientes oncológicos. Investigadores de la Universidad de California (EEUU) y de Taiwán han encontrado una pista, un factor clave en ciertos procesos inflamatorios relacionados con la metástasis. Se trata de la séptima pieza de un rompecabezas llamado cáncer.

Existen miles de grupos científicos que cada día se dedican a rebuscar dentro de la célula para comprender las causas que alteran su mecanismo interno y dan lugar a la formación de un cáncer. De hecho, en la literatura médica existe un artículo que se publicó en el año 2000 en la revista Cell, que se trataba de una revisión realizada por los investigadores Douglas Hanahan y Robert Weinberg y que marcó un antes y un después en la comprensión del cáncer.

En dicho artículo se hacía referencia a los seis procesos moleculares que convierten una célula normal en cancerosa y que consisten en: poseer un potencial de replicación sin límites; ser insensible a los inhibidores del crecimiento; evadir el mecanismo de muerte programada; desarrollar vasos sanguíneos e invadir tejidos y por tanto formar metástasis.

El estudio que hoy publica Nature parece haber descubierto el séptimo ‘jinete’ de ese ‘Apocalipsis’. Y lo ha encontrado más allá de los límites de la célula, en el microentorno que la rodea, donde se ha observado la vía por la que se pone en marcha un mecanismo inflamatorio crucial en la formación de metástasis.

“Este trabajo es un paso significativo e inesperado para definir las vías moleculares [del cáncer], y sorprendentemente, relaciona la inflamación con la capacidad para generar metástasis durante la progresión del tumor”, señala a elmundo.es Alberto Mantovani, investigador en el Istituto Clinico Humanitas y de la Universidad de Milán (Italia) y autor de un comentario que también publica ‘Nature’.

La relación entre inflamación y cáncer no es algo nuevo. Varias patologías, como la enfermedad inflamatoria intestinal, se han asociado con un mayor riesgo de cáncer. También se sabe que la activación de algunos oncogenes da lugar a la producción de moléculas que fomentan ese proceso. Sin embargo, no se conoce bien la vía que conecta la inflamación con el cáncer y las metástasis.

Una proteína que activa el proceso inflamatorio


Los investigadores de este trabajo estudiaron en ratones transgénicos que sufrían diferentes tipos de cáncer. Analizaron el entorno extracelular, del que fueron tomando y desechando moléculas hasta dar con una proteína, denominada versican, que da el ‘pistoletazo de salida’ al proceso inflamatorio en el carcinoma pulmonar de Lewis.

Esta proteína, que se encuentra hiperactivada en los tumores humanos, actúa acoplándose a dos receptores de los macrófagos (células del sistema inmunitario) y es esa unión la que pone en marcha la producción de interleuquina 6 y del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), sustancias que intervienen en la inflamación.

Para ver hasta qué punto versican era importante en la evolución del cáncer, los investigadores silenciaron esta proteína en algunos ratones y comprobaron que se redujo el tamaño de su tumor y las metástasis en el pulmón, hígado y glándulas adrenales.

“Sugerimos que versican, su interacción con TLR2 [uno de los receptores de los macrófagos] y la producción de TNF-α, ofrece puntos potenciales para la intervención contra las metástasis”, sentencian los autores del trabajo.

Para Alberto Mantovani, el punto clave está en el microentorno que rodea a la célula. “Hasta hace poco, los científicos estaban centrados en la célula cancerígena. Ahora nos damos cuenta de que el microentorno que rodea al tumor es importante y estamos diseñando estrategias con ese objetivo. Este enfoque está en su infancia pero es una gran promesa como complemento a las estrategias terapéuticas convencionales centradas únicamente en la célula tumoral”, explica.

Este experto considera que aunque lo observado en este estudio puede variar ligeramente de un tumor a otro, “en términos generales, los resultados podrán aplicarse a otros tipos de cáncer”. No obstante, señala que “será esencial valorar el significado de versican y otras proteínas del medio extracelular en modelos que reflejen la diversidad del cáncer humano, para que a este trabajo innovador puedan seguirle estrategias terapéuticas”, concluye Mantovani.

Fuente: elmundo.es

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