Dolor en las articulaciones es uno de los principales síntomas de la fibromialgia, una enfermedad que afecta a nueve mujeres por cada hombre que la padece, y existen alimentos cuyas características pueden contribuir a elevarlo o a disminuirlo.
Por esa razón, estos pacientes deben contar con un plan de alimentación diseñado por un especialista en nutrición que, idealmente, conozca la enfermedad, pues se debe lograr mantener al paciente con un peso saludable y con el menos dolor posible, explica Gabriela Padilla, nutrióloga de la asociación civil Cadena de Ayuda contra la Fibromialgia.
“Realmente la fibromialgia aún es poco estudiada y hay muy pocos artículos científicos respecto a la alimentación, pero sí se sabe que algunos modifican el umbral del dolor y pueden potenciarlo”, explica.
Los trastornos digestivos, como colon irritable y diarrea son otros de los síntomas asociados a la fibromialgia, de ahí lo relevante de la revisión de la alimentación de quienes la padecen.
“Cada persona necesita una dieta individualizada, dependiendo el sexo, la edad, si hace actividad física o no, saber cuántas calorías necesita de acuerdo al peso, ver si hay otras enfermedades asociadas”, dice Padilla.
Estas son algunas de las recomendaciones generales, pero todos los pacientes necesitan consultar con su nutriólogo cuáles les conviene adoptar, de acuerdo al estado de su enfermedad.
Aumentar el consumo de alimentos que tengan triptófano. El triptófano es un aminoácido que aumenta la producción de serotonina, un neurotransmisor del sistema nervioso que ayuda a la disminución del dolor y el estado de irritabilidad. Contienen este aminoácido el germen de trigo, el frijol, el haba, la lenteja, el garbanzo, los cítricos en general, la leche desnatada, el plátano, el mango, los dátiles naturales, las nueces y las almendras, entre otros.
Reducir ingesta de azúcar. Los alimentos azucarados y las bebidas de cola o cafeínadas tienen un efecto similar al de la adrenalina que potencializan el estado de irritabilidad y promueve el dolor, además de que pueden provocar insomnio y el descanso es fundamental para que los pacientes obtengan bienestar.
Evitar el consumo de grasas poliinsaturadas y preferir las grasas monoinsaturadas, para evitar un aumento de peso. Es ideal consumir grasas de origen vegetal, como el aguacate, las nueces y el aceite de olivo.
Eliminar de la dieta productos que irriten el estómago, como refrescos, chocolate, café y té verde, salsas picantes.
Aumentar alimentos que contengan Omega 3, ya que tienen un efecto antiinflamatorio, contrario al Omega 6. Almendras, peces azules, chía y linaza tienen Omega 3.
Fuente: Gabriela Padilla