Los medicamentos falsificados, que representan entre 1% y 50% del mercado farmacéutico, son una amenaza para la salud a la que se otorga poca importancia y que afecta particularmente a los más vulnerables entre los países pobres, según los especialistas.
“Solamente entre un 5% y 15% de los 191 países miembro de la Organización Mundial de la Salud (OMS) informan de los casos de medicamentos falsificados y la extensión del problema queda sumergida en la ignorancia, confusión y negativaâ€, señalan varios especialistas en Medicina tropical, en la revista británica The Lancet dedicado a las enfermedades infecciosas.
En India, del 13 al 30% de los medicamentos son falsificados, aseguran. Según las autoridades sanitarias de Estados Unidos, un medicamento de cada diez vendidos en el mundo es falso. Aunque esos productos fraudulentos sólo correspondan a un 1% de la producción farmacéutica mundial, las personas afectadas podrían ser millones, subrayan los investigadores.
Esos medicamentos pueden contener una cantidad excesiva o escasa del principio activo esperado, o ingredientes inadecuados.
En los países ricos, las falsificaciones son más bien de medicamentos para enfermedades crónicas o de confort, como el Viagra, y en los países pobres de las regiones tropicales a menudo son para tratar infecciones.
Jarabes con líquido anticongelante que causaron la muerte de centenares de niños en Bangladesh, India y Nigeria en los años 90, falsas vacunas antigripal aviaria en China o medicamentos veterinarios reconvertidos para utilización en humanos, son algunos de los ejemplos de falsificaciones.
En India, se estima que entre el 30 y 50% de las jeringuillas utilizadas salen nuevamente a la venta tras ser lavadas y reempaquetadas por recuperadores de basura, lo que incrementa el riesgo de contaminación, señalan los investigadores en el artículo.
De los principales medicamentos contra el paludismo utilizados en el mundo, ocho son copiados ilegalmente.
Los especialistas recomiendan “un plan de acción global y pragmático, asociando organizaciones gubernamentales, trabajadores de salud, industria y sociedad civil†y la OMS, para ayudar con “urgencia†a ese 30% de países del mundo que carecen de reglamentaciones o de controles adecuados en el campo farmacéutico.
Asimismo, recomiendan que se distribuyan medicamentos esenciales a precio reducido para combatir el fraude, así como que se refuercen las sanciones y se haga legalmente obligatorio informar de los casos de productos fraudulentos, tanto a nivel nacional como ante la OMS.
Fuente: The Lancet