La adopción de dispositivos que ayudan a monitorear las calorías, ritmo cardiaco y hasta patrones de sueño es el primer paso para que los países de América Latina comiencen a utilizar sistemas más complejos de salud móvil a más tardar en los siguientes cinco años.
De acuerdo con Carlos Romero, gerente de marketing de producto para América Latina Telecom de Gemalto, la salud móvil o mobile health en inglés es posible gracias a la tecnología “máquina a máquinaâ€, es decir, aquellos sistemas que permiten tener un dispositivo y conectarlo a través de una red inalámbrica a otro equipo como un celular para intercambiar información.
En este caso consideró que la salud móvil puede clasificarse en tres etapas; la prevención, el seguimiento y el tratamiento, siendo la primera etapa la más adoptada en el mundo debido a la masificación de dispositivos vestibles.
“Estamos en la primera etapa de prevención, todo lo que son aparatos de fitness como las pulseras para seguimiento de ritmo cardiaco que tienen conexión a un teléfono inteligente son un primer inicio de cómo podemos empezar a trabajar con este tipo de aparatos para monitorear la saludâ€, aseguró en entrevista.
Mientras que existen otras soluciones más complejas que los hospitales privados están comenzando a explorar y que los públicos apenas están analizando.
Por ejemplo, Gemalto ya comercializa en países desarrollados un dispensador de pastillas inteligentes llamado MedMinder que supervisa el uso de medicamentos, en su mayoría controlados, y envía información sobre esto a través de redes inalámbricas a un servidor central. De esta manera, los médicos y quienes se encargan de cuidar a los pacientes pueden observar la toma de medicamentos y realizar cambios de ser necesario.
En la parte de tratamiento cuentan con un dispositivo para el sueño, dicho aparato se conecta inalámbricamente y se encarga de analizar la respiración; si el paciente tiene algún problema lo reporta e incluso si llega a tener un problema respiratorio severo es capaz de habilitar un medicamento para abrir los bronquios.
Fuente: Carlos Romero