Unos son más pequeños que otros, la mayoría son café oscuro e inofensivos, y hay a quienes les parecen sexys.
Se trata de las lesiones pigmentadas de la piel que conocemos como lunares, los cuales se presentan a partir del primer año de vida.
Estas marcas son en su mayoría inocuas, pero la exposición inadecuada al sol puede convertirlas en malignas, al grado de transformarlas en cualquiera de estos tres tipos de cáncer: carcinoma basocelular, espinocelular o melanoma maligno. También puede tratarse de males hereditarios.
Lo ideal: que el dermatólogo cuente con un dermatoscopio, instrumento que le ayuda a detectar oportunamente cualquier anomalía y tomar las medidas necesarias para cortar de tajo el problema.
La realidad: en México apenas el 5 por ciento de los dermatólogos tiene acceso a esta herramienta.
En consecuencia, la mayoría de los pacientes, un 80 por ciento, con melanoma maligno, uno de los cánceres más agresivos y mortales por su capacidad de expandirse fuera de la piel a otros órganos, se atiende en estadios avanzados, lo cual disminuye las posibilidades de sobrevivencia.
El dermatoscopio es como un microscopio que aumenta diez veces más la visibilidad del ojo humano y emite una luz. Al poner el aparato encima del lunar la amplificación iluminada permite observar a detalle sus estructuras, si hay modificaciones en el tamaño, color y forma.
Con lo que se puede establecer si se trata de un lunar común y corriente, si está transformándose o si ya es propiamente un tumor.
El A,B,C,D
Las personas tienen la responsabilidad de autoexplorarse con frecuencia y los dermatólogos de vigilar sus lunares.
Para la autoexploración, la experta recomienda que estén atentos de que sus lunares no sufran variables que se relacionan con las cuatro letras del abecedario.
– A: que se vuelva asimétrico, es decir, que la mitad derecha no sea igual a la izquierda;
– B: que el borde no sea regular;
– C: que el color cambie;
– D: que el diámetro sea mayor a 6 milímetros.
“Un lunar sólo es sospechoso de malignidad cuando reúne todas estas características, es decir, si únicamente es asimétrico no es suficiente para considerarlo peligroso”.
Fuente: Blanca Carlos Ortega