El uso del teléfono celular antes de dormir está asociado con una mala calidad de sueño y con un riesgo mayor de desarrollar insomnio.
Se destacó que los dispositivos, por la vía visual y emocional, aumentan el estado de alerta y producen un retraso en el inicio del sueño. Esto incluso en personas que no tienen problemas para dormir, pero que están expuestas a la luz de estos aparatos.
Hay que recordar que tenemos 60 por ciento de sueño ligero y 40 por ciento de sueño profundo. La relación de sueño ligero se incrementa cuando nos exponemos a estímulos que aumentan el estado de alerta.
Las luz azul que emiten los dispositivos electrónicos activa las retinas y envían una señal al cerebro, que provoca alteración en el ritmo circadiano con inhibición de la melatonina, una hormona que interviene en el ciclo natural del sueño.
Se agregó que si el ciclo de sueño se altera, los patrones de alimentación, actividad cerebral y regeneración celular se modifican, lo que de prolongarse puede derivar en obesidad, diabetes y cáncer.
Ante ello, la importancia de limitar el uso del teléfono durante las horas previas a acostarse y evitar hacerlo en la cama antes de dormir.
El querer revisar constantemente el celular provoca ansiedad y eso dificultará el sueño y a la larga muchos trastornos que se pueden evitar con una correcta higiene del sueño.
Fuente: Reyes Haro