Economistas de la salud señalaron que la educación alarga la vida de mujeres y hombres, y que este factor por encima de aspectos como el dinero, el seguro médico, la raza, la geografía, e incluso la asistencia a misa.
La idea de buscar en la educación la respuesta a la longevidad surgió en 1999 en la Universidad de Columbia, cuando la entonces estudiante Adriana Lleras Muney leyó en un diario de 1969 que tres economistas relacionaban educación con salud y aconsejaban “si quieres mejorar la salud, obtendrás más si inviertes en educación que si inviertes en seguro médico”, señaló un comunicado difundido por la organización Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC).
La gente con menos educación no planea su futuro y tiene menos gratificaciones, además de que la gente con menos educación piensa menos, señalaron James Smith, de Rand Corporation, y Michael Grossman, de la Universidad de Nueva York.
Otras investigaciones han revelado que en Suiza, Dinamarca, Inglaterra y Gales, las niñas y los niños que pasan más tiempo en las escuelas tienen mejor salud.
Definir si la salud permite estudiar más o la educación fomenta la salud es como intentar decidir si fue primero el huevo o la gallina, pero no hay duda de que la educación propicia que la vida se alargue y que el envejecimiento sea más saludable, concluye el comunicado.
Fuente: Georgina Montalvo