Se dice que uno no es ninguno, pero en cuanto a la maternidad, tener sólo un hijo puede representar la completa felicidad de la mujer, al igual que desear una familia de 10.
Ambos pensamientos son válidos y se alimentan cada día de factores como la cultura, tradición e, incluso, del ejemplo que la mujer observa en casa con su madre.
Hay mujeres influenciadas por la cultura norteamericana que deciden tener pocos hijos, con el fin de atenderlos mejor y dedicarles un tiempo de calidad, señala Carlos Díaz, sicólogo catedrático en la Universidad de Monterrey, México.
“Una familia grande no podría funcionar para ellas, es más común que prefieran tener máximo tres bebés”.
Pero también hay mujeres que siguen la orgullosa tradición mexicana de formar una familia grande, de cuatro hijos en adelante, indica el especialista, pues este tipo de madres están convencidas de que sólo así se sentirán completamente realizadas.
Tanto el primero como el segundo caso es muy admirable, pues se trata de una decisión personal que lleva a la satisfacción de sentirse portadora de vida.
“Quien hace hijos más felices o quien es la familia más feliz es muy relativo, no depende del número de hijos”, explica, “incluso, hay mujeres que no logran tener hijos propios, pero adoptan un niño, y las vemos realizadas como mamás, son felices y los niños se sienten encantados por la mamá que les tocó”.
Fuente: Carlos Díaz
