Dieta & Nutrición

Las diferencias entre ‘fecha de caducidad’ y ‘consumo preferente’

Ahora que escombramos alacenas y compramos más alimentos para cocinar en casa, es conveniente conocer las diferencias entre "fecha de caducidad" y "consumo preferente".

Ahora que escombramos alacenas y compramos más alimentos para cocinar en casa, es conveniente conocer las diferencias entre “fecha de caducidad” y “consumo preferente”.

Indicador de la vida útil de un producto, la fecha de caducidad se traduce en el límite de tiempo en el que un alimento mantiene sus características de calidad y sanitarias.

Ingerir alimentos que han superado su caducidad representa un riesgo para la salud. No importa que a simple vista parezcan seguros, muchos desarrollan esporas y bacterias que provocan infecciones e intoxicaciones.

El consumo preferente significa que la calidad del alimento es mejor antes de esa fecha, pero sigue siendo seguro para el consumo después de ésta.

A diferencia de la fecha de consumo preferente, que es una recomendación, la fecha de caducidad sí es terminante.

Pescados y mariscos, carne fresca, jamón, salchichas y carnes frías encabezan la lista de productos que, caducos, representan un gran riesgo para la salud.

Lavar bajo el chorro de agua una rebanada de jamón viscosa o dorar en una sartén esa salchicha con lama no minimiza el riesgo que representan para tu salud.

La leche tiene una fecha de caducidad clara, definida por pasteurización y empaque: una semana en vidrio o plástico y hasta seis meses en envase de larga vida. Una vez caduca, desarrolla olores y sabores muy desagradables; aunque quisieras, no podrías consumirla.

Un caso diferente son los quesos. Les crecen hongos (no propios del estilo) y la gente los rasura y se los come. ¿Es válido? No, pues toda la pieza está llena de esporas no visibles. Posiblemente no vas a enfermarte de gravedad, pero ya no es un alimento en estado óptimo.

Frutas, hortalizas, carnes, pescados, panes y todo tipo de alimentos frescos, no cuentan con una fecha de caducidad impresa y deben examinarse minuciosamente, con vista, tacto y olfato, antes de consumirlos.

Un vegetal en descomposición presenta marchitamiento de hojas, olor putrefacto, reblandecimiento y mosca de la fruta.

El pan de la panadería de la esquina también debe evaluarse en función de dureza, humedad, color y presencia de hongos. No hay que olvidar que, por mínimos que sean, indican presencia de esporas en toda la pieza o bolsa.

Mejor tíralos a la basura

Pescados y Mariscos

Con ojos opacos, escamas que se desprenden, película babosa, concha abierta, coloración extraña, olor desagradable.

Riesgo: enfermedades gastrointestinales, intoxicaciones serias, vómito, diarrea, fiebre.

Cárnicos

Con coloraciones verdes o marrones, olor putrefacto o textura babosa.

Riesgo: enfermedades gastrointestinales, intoxicaciones serias, vómito, diarrea, fiebre.

Jamón, salchichas y carnes frías

Con coloración extraña, hongos, olor desagradable o película babosa.

Riesgo: enfermedades gastrointestinales serias, vómito, diarrea o infecciones graves.

Enlatados

Con abombamientos, golpes, óxido, desprendimiento de gas al abrir, o más de tres años de almacenamiento en alacena.

Riesgo: intoxicaciones bacterianas, particularmente por clostridium botulinum.

Huevo

Con excremento, plumas o sangre. Piezas que floten en un vaso con agua.

Riesgo: infecciones por bacterias, principalmente salmonella.

Leche y crema

Con color amarillento o verdoso, olor y sabor agrio, sólidos y cuajos no propios.

Riesgo: enfermedades gastrointestinales, vómito, diarrea o infecciones graves.

Queso

Con hongos no propios, coloraciones verdes o marrones, olor desagradable o película babosa.

Riesgo: diarrea e infecciones pasajeras. Personas con deficiencia inmunológica pueden desarrollar infecciones graves.

Nueces

Con coloraciones verdosas, cubiertas de hongos, polvo o tierra.

Riesgo: intoxicación por aspergillus flavus.

Tortillas y pan de caja

Con hongos, coloración extraña, rastro de humedad u olor desagradable.

Riesgo: en niños puede provocar infección bucal; en personas mayores, infecciones leves.

Frutas y verduras

Con hongos, reblandecimiento, marchitamiento excesivo, moscas de fruta o película babosa.

Riesgo: dolor abdominal, diarrea e infecciones o intoxicaciones pasajeras.

Fuente: Javier de la Cruz, Profeco, FAO.

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