Las mujeres que tomaron clases de yoga mientras realizaban un tratamiento contra el cáncer de mama informaron que podían funcionar mucho mejor físicamente y que se sentían más saludables, indicó un estudio. Un grupo de investigadores dividió al azar, en dos grupos, a 62 mujeres.
A las pacientes de una de las cohortes se les indicó que tomaran clases de yoga dos veces por semana, mientras que al otro grupo se lo puso en una lista de espera para que comenzara con el ejercicio después de terminar la terapia de radiación. Todas las participantes completaron encuestas sobre varias mediciones de la calidad de vida.
Las mujeres que practicaron yoga informaron un mejor funcionamiento físico, como por ejemplo en la capacidad para caminar 1,6 kilómetros, subir las escaleras y levantar peso, dijo Lorenzo Cohen, director de Medicina integral del M.D. Anderson Cancer Center de la University of Texas (EE.UU.).
Las participantes también se sintieron mejor sobre su salud en general y notificaron menos fatiga y problemas para dormir, agregó Cohen, autor principal del estudio. No obstante, no se observaron cambios en las tasas de depresión y ansiedad en ambos grupos, según los resultados presentados en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, que se llevó a cabo este fin de semana en Atlanta.
La práctica del yoga incluye una serie de diversas posturas que promueven la flexibilidad, la fortaleza y la relajación mental.
En la investigación, los instructores pusieron énfasis en la realización de ejercicios de respiración y relajación y excluyeron las posturas que serían difíciles de realizar para pacientes con un rango de movilidad limitado. La edad promedio de las participantes fue de 52 años.
Los investigadores planearon la realización de otro estudio, financiado por el Instituto Nacional del Cáncer, para comparar a los pacientes que realizan yoga con aquellos que asisten a clases donde se enseñan ejercicios generales de elongación.
El objetivo es determinar si los beneficios observados con el yoga provienen de la práctica específica o del apoyo emocional recibido al participar de cualquier tipo de clase.
“Si realmente el yoga muestra ser mejor (en este nuevo estudio), podremos estar mucho más seguros de que ésta es una intervención exitosaâ€, consideró la doctora Patricia Ganz, quien analiza la calidad de vida de los pacientes con cáncer en la Universidad de California, en Los Angeles.
Fuente: Reuters
yo tuve cáncer de seno y a veces me siento mal. A mí me parece que es algo psicológico quiero comenzar las clase de yoga será beneficioso para mi salud.
Si su médico no pone ninguna contradicción, por supuesto que el realizar una actividad como el yoga le beneficiaría a su estado de ánimo y a su salud.
Recuerde que el yoga equilibra el metabolismo del cuerpo, lo cual, adicionado a una buena alimentación, le significaría en grandes mejoras en su persona.