Atrás quedaron los días en los que la elección más complicada que había que hacer en la sección de leche del pasillo de productos lácteos era la descremada o la entera.
Ahora, encontrarás un cartón tras otro de bebidas similares a los lácteos hechas con alimentos que nunca pensaste que pudieran ser “ordeñadosâ€: almendras, avena, arroz y hasta o chícharos.
Aunque la leche de vaca sigue siendo la más popular según las ventas al por menor, las alternativas no lácteas son 54 por ciento más que cinco años antes, según Mintel.
Estas alternativas de origen vegetal suelen elaborarse poniendo en remojo la legumbre, el fruto seco, el grano u otro ingrediente principal y, a continuación, prensando y colando el líquido, o “lecheâ€.
Muchas personas las prefieren porque quieren o necesitan evitar los lácteos, pero algunas las eligen porque creen que son más saludables que la leche de vaca. Sin embargo, algunos expertos instan a los consumidores a mirar más allá del furor publicitario y examinar la etiqueta nutricional, porque algunas pueden no ser tan saludables como parecen.
¿Las leches vegetales son para mí?
Esto dependerá del tipo de leche vegetal que tomes, de si está fortificada, de cuántos azúcares añadidos contenga y de cómo encaje en tu dieta general.
Por ejemplo, no debes asumir que las leches vegetales contienen los mismos nutrientes que la leche de vaca, aunque la bebida sea blanca y tenga la misma textura cremosa. Y algunas de las versiones azucaradas pueden contener más azúcar añadido que una dona.
En general, estas leches no lácteas se han promocionado como más sanas y no es necesariamente así.
La leche de vaca es naturalmente rica en proteínas, calcio, potasio y vitaminas del grupo B, y suele estar enriquecida con vitamina A (presente de forma natural en la leche entera) y vitamina D.
Dicho esto, las bebidas no lácteas pueden ser alternativas importantes para quienes son alérgicos o intolerantes a la leche o para quienes evitan los lácteos por otros motivos.
Y pueden formar parte de una dieta saludable siempre que prestes atención a la etiqueta de información nutricional y te asegures de que consigues los mismos nutrientes esenciales que normalmente se obtienen de la leche real.
Puedes cumplir tus objetivos nutricionales sin beber leche de vaca, solo hace falta educarse de verdad.
Fuente: Melissa Majumdar, Megan Lott.