Científicos de los EE.UU. están haciendo la primera evaluación completa de cómo cambian con el tiempo los cerebros y las conductas de los niños. Hay algunas sorpresas.
Resulta que las muy citadas diferencias en la evolución mental entre niños y niñas no son tan pronunciadas después de todo.
Por otro lado, la cantidad de dinero que gana la familia del niño podría afectar sustancialmente su capacidad intelectual porque el CI aumenta junto con los ingresos.
Esos son sólo algunos puntos destacables de los hallazgos preliminares de un equipo de psicólogos y psiquiatras de los U.S. National Institutes of Health. Su proyecto, el Estudio por IRM de la salud cerebral normal de los National Institutes of Health, está evaluando el desarrollo neurológico y conductual de 450 niños estadounidenses cuidadosamente elegidos para que estuvieran libres de problemas y representaran la población del país.
“Esto se está llevando a cabo para aprender más sobre el desarrollo estructural y funcional del cerebro normal“, explicó Deborah P. Waber, profesora asociada de psicología del Hospital Infantil de Boston y autora principal del informe. “Los datos se usarán como línea de base para todo tipo de trastornos del desarrollo cerebral infantil”.
Los primeros hallazgos del proyecto se publicaron en la edición en línea del Journal of the International Neuropsychological Society.
Entre éstas se encuentran:
- El rendimiento mental varía poco según el sexo. “Encontramos pocas diferencias significativas de lo que hubiéramos esperado”, comentó Waber. “Por ejemplo, los niños son mejores en tareas visuales y espaciales, y las niñas son mejores en la velocidad motriz, pero no hay diferencias en muchos otros aspectos, como la memoria”.
- Los ingresos familiares importan. A los niños de hogares más acaudalados les va mejor que a los de familias con menores ingresos. El CI promedio fue de 105, 110 y 115 respectivamente para los niños clasificados como de bajos, medianos y altos ingresos. “Pero cuando limitamos los grupos a niños sanos, las diferencias no son tan grandes”, apuntó Waber. “Eso sugiere que la diferencia tiene más que ver con la disparidad en la atención de salud relacionada con los ingresos”.
- Los niños pequeños hacen los mayores avances. El rendimiento mental subió de manera estable desde los 6 años, se niveló para la mayoría de pruebas entre los 10 y los 12 y luego mejoró sólo muy ligeramente o nada durante la adolescencia, lo que cuestiona la idea de un tirón de crecimiento en el aprendizaje durante el principio de la adolescencia.
Además de someterse a tres rondas de pruebas de rendimiento y conductuales mientras crecían, los niños también se sometieron a IRM y otras exploraciones de sus cerebros para estudiar el crecimiento de las distintas estructuras del cerebro y la formación de conexiones neurales. Las escanografías también dieron seguimiento a los cambios en la química cerebral. Esas imágenes y la información que se extrajo de ellas estarán disponibles para los profesionales clínicos y científicos que estudian el desarrollo del cerebro.
Habrá más informes, pero “no creo que les demos más seguimiento a estos niños”, dijo Waber. “Este ha sido un estudio que ha conllevado mucho trabajo en seis puntos por el país. Representa prácticamente el límite de lo que nuestros recursos nos permiten hacer”.
Nunca se ha hecho un estudio comparable sobre el desarrollo cognitivo normal, anotó Judy Rumsey, la funcionaria del proyecto que dirigió la participación del U.S. National Institute of Mental Health en el proyecto.
“Esta información ayudará a determinar cuáles son las trayectorias de desarrollo y si las diferencias entre los sexos aparecen o desaparecen en el desarrollo de los niños que se desarrollan típicamente hasta los 18 años, los niños que no tienen enfermedades neurológicas, trastornos del desarrollo ni trastornos psiquiátricos”, dijo Rumsey. “No ha habido nata tan completo como esto. Se hizo a partir de una edad muy temprana, con una muestra diseñada para asegurar la diversidad y representatividad de distintos grupos sociales”.
No se puede decir exactamente cuándo tendrán los profesionales a su disposición toda la gama de imágenes e información, apuntó Rumsey. Dijo que todavía hay que resolver temas importantes, como proteger la privacidad de los jovencitos que participaron en el proyecto.
Fuente: HealthDay