No sólo hay que dejar de comer carne y marisco y volverse cuasi abstemio, las bebidas y las frutas con un alto contenido en fructosa tampoco son convenientes para aquellos pacientes que padecen gota. Ésta es la conclusión de un trabajo publicado en British Medical Journal que afirma, además, que los refrescos ‘light’ no suponen ningún problema.
La ‘gota regia‘, como se conoce a esta enfermedad reumática dada su querencia por los reyes de España (Felipe II y Carlos I, entre otros, la padecieron), se caracteriza por una alta concentración de ácido úrico en la sangre que puede llegar a depositarse en forma de cristales en las articulaciones provocando dolor, inflamación, dificultad de movimiento, etc. Las formas crónicas suelen afectar además a los riñones.
El 95% de los que la sufren son varones, que tienen cierta predisposición a acumular este compuesto, el ácido úrico, que deriva del nitrógeno. Debido al cambio en los estilos de vida, la tasa de personas ‘gotosas’ ha aumentado notablemente en las últimas décadas, de acuerdo con el estudio elaborado por Hyon K Choi, de la Universidad de British Columbia (Canadá), y Gary Curhan, de la Facultad de Medicina de Harvard (Estados Unidos).
En su investigación, hicieron un seguimiento durante 12 años de 47,000 hombres mayores de 40 años quienes durante este tiempo enviaban de forma periódica informes sobre sus hábitos alimenticios y características físicas (índice de masa corporal) y que debían notificar si se les diagnosticaba gota. En total, se detectaron 755 nuevos casos de esta enfermedad.
Zumos de frutas ricos en azúcar
Para evaluar el efecto de los refrescos, muy ricos en fructosa, sobre la aparición de la gota, los participantes fueron clasificados en seis categorías en función del consumo que hacían de estas bebidas (desde menos de una al mes hasta dos o más al día). La posibilidad de sufrir gota resultó ser un 85% mayor para aquellos que más refrescos tomaban en comparación con los que menos. La edad, el IMC, la hipertensión, el consumo de alcohol o el uso de diuréticos no influyeron en esta asociación.
Los zumos y las frutas con gran cantidad de este azúcar, en especial la manzana y la naranja, también son perjudiciales aunque en este caso, advierte el trabajo, hay que realizar un balance entre los riesgos y los beneficios antes de restringir su ingesta.
La fructosa es el edulcorante empleado en muchos de los refrescos, especialmente en Estados Unidos. En Europa, se usa la sacarosa (disacárido formado por glucosa y fructosa). Sus efectos sobre el organismo son variados. Por un lado aumenta la concentración de ácido úrico al favorecer la formación de uno de sus precursores (el AMP). Pero también incrementa la resistencia a la insulina y aumenta la grasa corporal.
Su consumo “no sólo supone riesgo de desarrollar gota (…) sino un impacto negativo generalizado sobre la salud que afecta más a los pacientes que sufren esta enfermedad ya que en muchas ocasiones padecen también síndrome metabólico”, señala el estudio.
Fuente: elmundo.es