Un abdomen a lo Papá Noel sólo está bien visto en estas épocas navideñas. Además de los inconvenientes a la hora de encontrar vestimenta a la moda, un gran tamaño de cintura está relacionado, como numerosos estudios muestran, con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca. Pero no queda ahí el riesgo. Una nueva investigación muestra que también aumenta la posibilidad de tener ictus, también conocidos como embolias.
El doctor Tobias Back del Saxon Hospital Arnsdorf en Arnsdorf, Dresden (Alemania) ha dirigido un estudio, publicado en la revista Stroke, en el que ha evaluado varios marcadores de obesidad y su relación con un mayor riesgo de ictus o mini-ictus en 379 adultos que ya habían sufrido un accidente cerebrovascular de este tipo y en otros 758 individuos de la misma edad pero sin este antecedente.
Mientras estar obeso en general (es decir, tene un índice de masa corporal elevado) aumentó el riesgo de ictus, esta asociación no fue estadísticamente significativa después de que los investigadores tuvieran en cuenta algunas variables, como ser sedentario, fumar, tener hipertensión o diabetes.
Sin embargo, tener un abdomen prominente se asoció considerablemente con un riesgo elevado de ictus. Por ejemplo, aquellos individuos con una mayor relación cintura/cadera presentaron siete veces más posibilidades de sufrir este accidente comparados con aquellos que tenían el ratio cintura/cadera más pequeño.
La relación cintura/cadera se calcula dividiendo el contorno de la cintura entre la circunferencia de la cadera. “Si el valor de esta división es mayor de 0.97 en hombres y de 0.84 en mujeres, entonces estos individuos se enfrentan a un riesgo ocho veces mayor de tener un ictus comparados con aquellas personas con un ratio inferior a 0.92 para los varones y a 0.78 para las féminas”, ha explicado Back.
Pero la relación cintura/cadera no fue el único indicador de riesgo. La medición únicamente de la cintura fue un buen indicador de peligro vascular. Si el contorno de cintura fue mayor de 101.6 cm en hombres o de 86.3 en mujeres, la probabilidad de sufrir un ictus aumentó más de cuatro veces comparada con la de individuos con una talla normal, según el estudio.
Fuente: Reuters