Cuando uno los ve sentados delante del televisor, con un ala de pollo a la barbacoa en una mano y una cerveza en la otra, no es de sorprender que la mayoría de nosotros pensemos que los hombres van detrás de las mujeres cuando se trata de comer sano.
Una serie de estudios han descubierto que, mientras que muchos hombres piden un bistec con un acompañamiento de bistec, las mujeres prefieren las ensaladas e intentan que sus comidas sean más equilibradas.
Las respuestas a las encuestas, sin embargo, no necesariamente reflejan lo que en realidad come la gente. Además, los expertos dicen que, aunque hay pruebas de que las mujeres le prestan más atención a la información sobre nutrición en los medios de comunicación o que tienden a leer las etiquetas de los alimentos con mayor frecuencia, eso no significa que actúen de acuerdo con lo que saben. “Sabemos mucho más a partir de las encuestas acerca de lo que las personas piensan comer que acerca de lo que en realidad comen”, indica el Dr. Laurence Nolan, profesor asociado de psicología del Wagner College de Staten Island, Nueva York, Estados Unidos.
“Los hombres y las mujeres planean hacer cosas distintas“, según Nolan, cuya encuesta entre estudiantes universitarios estableció que las mujeres tienden a optar por una comida equilibrada, mientras que los hombres son más propensos a pedir carne y a comer menos verdura.
Pero la encuesta, al igual que otras encuestas, sólo puede revelar lo que los encuestados esperan comer, dice Nolan. En la vida real, agrega, los hombres y las mujeres por igual están mal informados acerca de la nutrición, y generalmente están muy lejos de estimar las calorías que consumen.
Somos lo que Comemos
El consumo de calorías en EE.UU. está aumentando, especialmente entre las mujeres, según los datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de los Centros de Control de Enfermedades (NHANES) publicada en febrero.
Entre 1971 y 2000, la ingesta de calorías de las mujeres aumentó tres veces más rápidamente que la de los hombres. En promedio, las mujeres consumieron 1,877 calorías por día en 2000, un 22 por ciento más que hace 30 años, mientras que la ingesta de calorías de los hombres aumentó en un 7 por ciento, a 2,618 calorías diarias.
Para ambos sexos, la ingesta de una mayor cantidad de carbohidratos constituye el motivo principal del aumento, pero no queda claro por qué la ingesta de calorías por parte de las mujeres se disparó en comparación con la de los hombres, según Jacqueline D. Wright, epidemióloga de los CDC.
Otras investigaciones gubernamentales no detectaron ninguna diferencia de este tipo entre los sexos, de modo que es posible que el descubrimiento esté basado en los cambios en la forma en que se recopilaron las estadísticas de la NHANES a través de los años. Pero si esta divergencia entre los sexos es “real”, dice Wright, es preocupante, y es importante que los investigadores descubran cuáles son los motivos.
Fuente: MSN