A la falta de deseo sexual se le han atribuido varias causas. Desde los festejos un poco pasados de alcohol hasta el estrés, la depresión, la poca convivencia en pareja, entre otros.
También es bien sabido que hay alimentos que propician “el amor”, pero más bien hablaremos de sus antípodas, de esos que son terribles para una noche de pasión digna de alargarse.
Las papas fritas. Además de poco sexies y vincularse automáticamente a algo muy gordo y grasoso, son capaces de poner los niveles de testosterona por los suelos y, con ello, el deseo sexual. A esta especialidad de la comida rápida se le suman frituras varias con alto contenido de grasas hidrogenadas.
A la lista de los indeseados en los juegos del placer, se suma un integrante más de la familia de comida rápida: las hamburguesas. Y es que esta “jugosa” tentación interfiere con el flujo sanguíneo, fundamental para eso de la erección, pues la grasa se adhiere a las paredes de las arterias provocando que el flujo sanguíneo sea menos potente… y también los genitales.
Otro ingrediente que no debe estar incluido en la dieta del sexo es el azúcar, pues se le asocia con la pérdida de flexibilidad de las arterias y, sí, otra vez, con la disminución del flujo de sangre. Un apunte para ellos: La sacarosa es buenísima para reducir temporalmente los niveles de testosterona… y también la libido.
También en plan ‘veggie’ hay problemas
Sí, la grasa no tiene toda la culpa de un performance cuestionable, pues incluso el nutritivo tomate y la inofensiva soya pueden arruinar el juego del calentamiento.
En el caso del tomate, varios estudios afirman que dos de sus componentes, el licopeno y el fitoflueno, pueden bajar los niveles de la hormona del deseo: la testosterona. Lo mismo ocurre con la soya, en particular para ellos, pues debido a sus altos niveles de isoflavonas hacen que el deseo se vea vapuleado.
Fuente: Vanguardia