Es un hecho aceptado que la leche es una de las mejores fuentes nutricionales de calcio, y que tomar leche puede ayudar a que nuestros huesos y dientes se mantengan fuertes. Pero, ¿qué se sabe acerca de los beneficios de la leche para aplacar la acidez estomacal, de los que habla la llamada “sabiduría popular”? La evidencia de esto parece ser menos clara.
“La leche contiene calcio en una forma que neutraliza el ácido“, explica el Dr. Nevin S. Scrimshaw, profesor emérito del Instituto de Tecnología de Massachusetts, EUA, y asesor senior del Programa de Alimentos y Nutrición de la Universidad de las Naciones Unidas.
Según Scrimshaw, el calcio presente en la leche neutraliza el reflujo ácido hacia el esófago y proporciona un alivio casi instantáneo de la misma manera que las tabletas de calcio. Una tableta de Tums, por ejemplo, tiene alrededor de 200 mg de calcio, en comparación con un vaso de leche, que tiene alrededor de 300 mg.
Neutralidad sobre el calcio
Sin embargo, el crítico de la industria láctea Robert Cohen está muy en desacuerdo acerca de los beneficios duraderos de la leche para aliviar la acidez. De hecho, la leche puede empeorar el problema, dice.
Cohen es director ejecutivo del Consejo de Educación sobre Productos Lácteos, que se describe en su sitio Web como “una asociación de información pública creada para que el pueblo de los Estados Unidos sepa que la leche de vaca no es el alimento natural perfecto para los seres humanos”.
Según Cohen, que no es un científico dedicado a la investigación pero que dice haber llevado a cabo investigaciones científicas en el área de la química de las hormonas cerebrales (neuroendocrinología), la leche tiene un efecto amortiguador sobre la acidez gástrica. La leche alivia la acidez a corto plazo, pero el efecto amortiguador le quita al estómago la capacidad de digerir la comida, indica.
“La acidez normal del estómago debe ser un pH fuertemente ácido de alrededor de 1.8. Si uno bebe un vaso de leche de 12 onzas, el pH se amortigua a 6.0, de modo que el contenido del estómago no se digiere”, dice Cohen. “Este fenómeno funciona bien en el caso de los bebés que digieren la leche de la madre, que contiene anticuerpos sensibles al ácido que supuestamente sobreviven a la digestión, pero en el caso de los adultos, beber un vaso de leche hace que el contenido se pudra durante las próximas 3 o 4 horas, lo que provoca reflujo”.
“Por otro lado, está claro que es necesario realizar nuevas investigaciones con respecto a este tema”, agrega.
Melissa Joy Buoscio, una dietista registrada y vocera del Consejo Nacional de Productos Lácteos, pone de manifiesto que tanto el calcio como la proteína de la leche pueden ayudar a amortiguar el ácido del estómago. Por otro lado, señala que la leche ya no se considera como tratamiento para la acidez porque los medicamentos actuales (incluyendo los inhibidores de la bomba de protones como Nexium, Prevacid y Prilosec) han demostrado ser más eficaces que las fuentes nutricionales para bloquear la producción de ácido del estómago.
Varias causas para el malestar estomacal
“Las distintas personas informan acerca de distintos síntomas de malestar estomacal y también distintos métodos para aliviar este malestar, y esto se puede deber a los diversos problemas que pueden provocar problemas estomacales”, explica Buoscio.
Los problemas de salud relacionados con el sistema digestivo incluyen la enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE), caracterizada por la acidez frecuente y/o regurgitación de ácido. Otro de los trastornos es el síndrome del intestino irritable (SII), definido por un dolor o malestar abdominal de por lo menos 12 semanas y una alteración de la actividad intestinal durante un periodo de 12 meses.
Los síntomas de la intolerancia a la lactosa (que a menudo se confunden con los del SII) incluyen náuseas, calambres, hinchazón, gases y diarrea. Comienzan alrededor de 30 minutos a 2 horas después de comer o beber leche o productos lácteos. La gravedad de los síntomas varía según la cantidad de lactosa que cada persona puede tolerar.
Hasta un 75 por ciento de todos los afroamericanos y los nativos americanos y el 90 por ciento de los estadounidenses de origen asiático sufren de intolerancia a la lactosa, según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales.
Contenido graso: menos es más, según el caso
El contenido graso de la leche también es un tema que se debe tener en cuenta. “Parece ser que los pacientes que sufren de ERGE tienen mayor tolerancia a la leche con bajo contenido graso. Sin embargo, algunas personas que presentan mala digestión de la lactosa parecen tener mayor tolerancia a la leche con alto contenido graso debido a que el tiempo de digestión se retarda, lo que le otorga a la enzima lactasa disponible más tiempo para trabajar”, según Buoscio.
Además, Scrimshaw sostiene que los productos con bajo contenido graso son preferibles dado que el ácido graso principal de la grasa de la leche, el ácido mirístico, es el más aterogénico (que puede provocar ateroesclerosis) de todos los ácidos grasos que conforman las grasas, aunque la leche sigue siendo una excelente fuente de proteínas, calcio, riboflavina y está enriquecida con vitaminas A y D.
Fuente: MSN