Dieta & Nutrición

¿Sirven los alimentos dietéticos?

El sector de alimentos congelados del supermercado contiene alimentos que van desde pizza y refrigerios hasta pasteles de carne y puré de papas y comidas para personas preocupadas con su salud, incluyendo pérdida de peso, salud cardíaca y dietas vegetarianas.

TerapiaEl sector de alimentos congelados del supermercado contiene alimentos que van desde pizza y refrigerios hasta pasteles de carne y puré de papas y comidas para personas preocupadas con su salud, incluyendo pérdida de peso, salud cardíaca y dietas vegetarianas.

A pesar de todas las publicidades que promueven los alimentos orientados a la pérdida de peso, muchos consumidores están confundidos acerca de si las comidas “dietéticas” realmente les brindan la ayuda que necesitan.

La investigación demuestra claramente que los tamaños cada vez más grandes de las porciones actuales hacen que controlar el peso sea más difícil para muchas personas. Una de las ventajas de las comidas congeladas es que las porciones están controladas, evitando que uno coma en exceso si consume solamente una porción.

Incluso si uno no piensa comer comidas congeladas permanentemente, podría usarlas durante un tiempo suficiente como para ayudarlo a reajustar sus expectativas con respecto a lo que es una porción de tamaño normal.

Aquéllos que consumen comidas dietéticas congeladas a menudo dicen que es la forma más fácil para que una persona ocupada haga una dieta saludable y baja en calorías. Si las alternativas son las comidas ricas en grasas que ofrecen los restaurantes de comida rápida o las cafeterías, o simplemente alimentarse con diversos alimentos industrializados en lugar de preocuparse por hacerse una comida desde cero, estos alimentos congelados son bastante buenos.

Sin embargo, a la larga, esto puede promover la mentalidad del todo o nada: Cuando no hay comidas congeladas disponibles, las personas vuelven a sus antiguos hábitos porque no han aprendido a elegir otras opciones sanas que se adapten a su estilo de vida.

Algunas personas buscan alimentos que sean tan bajos en grasas y calorías como sea posible. Los productos cuyo contenido indica “menos de 300 calorías” en realidad pueden ser demasiado bajos en calorías para muchas personas. Si las calorías se reparten de forma pareja durante el día, como se recomienda habitualmente, entonces una comida de este tipo ha sido diseñada para una persona que consume sólo 1,000 calorías por día. Las dietas que contienen de 1,000 a 1,200 calorías realmente son demasiado bajas como para satisfacer las necesidades metabólicas de la mayoría de los adultos.

Si el consumo de calorías se limita a 1,000 o 1,200 calorías, el índice metabólico puede disminuir, lo que dificulta el control del peso. El metabolismo es la quema de energía (calorías) para las funciones que son necesarias para mantenerse con vida, como la digestión, el crecimiento, la circulación sanguínea y la curación.

Muchas de las personas que apuntan a una ingesta tan baja de calorías terminan tan hambrientas o con tan poca energía que terminan por recurrir a los refrigerios altos en calorías y bajos en nutrientes sólo unas pocas horas después.

Estos alimentos con “menos de 300 calorías” no sólo tienen demasiadas pocas calorías como para satisfacerlo durante algunas horas, sino que también tienden a proporcionar solamente una pequeña fracción de las verduras, frutas y cereales que se necesitan.

Las recomendaciones actuales para promover la salud en general y reducir el riesgo de cáncer exigen un total de cinco a once porciones de verduras y frutas por día. Incluso cuando se reducen las calorías para bajar de peso, se recomienda consumir entre dos tazas y media y tres tazas (5 o más porciones) por día de estos alimentos. La mayoría de los alimentos congelados suministran una porción muy pequeña de frutas y verduras.

El contenido de sodio es otro problema. Los alimentos congelados que no están identificados como alimentos con bajo contenido de sodio o saludables para el corazón a menudo contienen de 700 a 1,800 miligramos (mg) de sodio.

Esto hace difícil mantenerse por debajo de la dosis máxima de 2,300 mg recomendada para la población en general. Por otro lado, estos niveles hacen que sea prácticamente imposible que las personas que son más “sensibles a la sal” (los que tienen presión sanguínea alta, afroamericanos y personas de mediana edad o ancianos) se mantengan por debajo del límite recomendado de 1,500 mg por día.

¿Cuál es la solución? En primer lugar, utilizar la etiqueta con información nutricional que aparece en los alimentos congelados para elegir aquellos alimentos con bajo contenido de grasas y sodio, y utilizar el producto como la base para preparar una comida rápida y nutritiva.

Complete la comida con frutas o verduras adicionales y, quizás, un pan de harina integral. Pero no caiga en la misma trampa que las personas que sólo saben hacer dieta siguiendo un plan de menús preestablecido. Si decide usar los alimentos congelados, éstos deberían ser sólo una de las muchas formas de crear comidas balanceadas y porciones adecuadas.

Fuente: Instituto de Investigación del Cáncer de Estados Unidos, Washington, D.C.

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