Si no quiere abandonar la plática con los amigos o simplemente no puede dejar de trabajar para salir a fumar a un espacio abierto, tiene la opción de poner en práctica algunas estrategias para quedarse donde está y dejar que el deseo de encender un cigarro se desvanezca.
Guadalupe Ponciano, responsable de la Clínica contra el Tabaquismo de la Universidad Nacional Aut+onoma de México (UNAM), sugiere que, si esas ganas aparecen en medio de una comida, pruebe concentrarse en el sabor y la textura de los alimentos o en la música u otro elemento del ambiente donde esté.
Incluso puede lanzar un tema nuevo de conversación para distraer el tentador deseo.
Otra idea para entretener la boca mientras desaparece el deseo es tener a la mano un vaso de agua con hielos, sentir cómo se deshacen en la boca y, si puede, masticarlos.
Comprar una ramita de orozus en cualquier mercado donde vendan hierbas y cortarla en trozos para masticarlos cada vez que quiera fumar, es otra opción recomienda Ponciano.
Recurrir a la goma de mascar y dulces de sabores, de preferencia sin azúcar, es otro camino; y si piensa en usar goma de mascar con nicotina, debe consultar con el médico para determinar la dosis adecuada.
Cambiar bebidas
Cuando el hábito de fumar está asociado con el alcohol, se debe tratar de no consumir bebidas que lo contengan, para así evitar despertar la necesidad de traer en una mano el cigarro, y en la otra, el vaso.
De no hacerlo, señala la especialista, no va a disfrutar de su bebida y se la va a pasar añorando el cigarro; debe recordar que el alcohol lo hace más susceptible a caer en la tentación.
Y si no quiere dejar de tomar alcohol, puede probar bebidas diferentes a las que está acostumbrado y concentrarse en los nuevos sabores.
Si hacer esto le cansa, intente dejar de fumar de manera definitiva, para lo que puede buscar apoyo profesional, porque es algo que no se logra de un día para otro, y, en muchos casos, no es suficiente sólo la voluntad.
Fuente: Clínica contra el Tabaquismo, UNAM
