Para revisar el estado general de ojos y oídos no necesita ver borroso ni preguntar “¿qué dijo?” en todo momento.
Hacerse de vez en cuando un examen le ayudará a detectar a tiempo alguna disfunción y a tomar las medidas necesarias para repararla.
Aquí algunos consejos sobre las pruebas que debe realizarse, para que sus ojos y oídos sigan dando lo mejor.
Ojos
• Los niños deben ver como un adulto a partir de los 5 años, si no ven bien hay que llevarlos al oftalmólogo.
• Antes de los 40 años todas las personas tienen una gran capacidad de adaptación visual, por lo que se puede “ver bien” con un poco de esfuerzo involuntario, que realizan los músculos oculares.
• Según la actividad que realice, puede pensar que ve bien y en realidad no es así, pues hay ocupaciones que no necesitan de una agudeza visual perfecta.
Si nunca se ha sometido a una valoración oftalmológica es tiempo de hacerse la primera, que debe incluir:
1 Medición de la capacidad visual. Si usa lentes, se verifica que tengan la graduación correcta o se indica que es momento de emplearlos.
2 Valoración biomicroscópica. Se revisan las estructuras del ojo, su superficie, el borde de los párpados, la conjuntiva, el iris, el cristalino; incluso se valora cómo están las glándulas de los párpados, la película lagrimal, si la córnea tiene alguna malformación, si hay resequedad u opacidad del cristalino, mejor conocida como catarata.
3 Valorar la presión de los ojos. Se hace a través de una tonometría, la presión alta puede ser síntoma de glaucoma.
4 Dilatación de la pupila. Se revisa el fondo del ojo: la retina, el nervio óptico y la mácula, estructuras generalmente afectadas en pacientes con diabetes mal controlada.
• Procure realizarse esta valoración completa por lo menos cada año, pues existen varios males silenciosos.
• El examen que ofrecen en centros comerciales y ópticas sólo mide la capacidad visual.
• Si el optometrista detecta algo anormal en el momento de valorar su capacidad visual, él tiene la obligación de sugerirle que visite al oftalmólogo para que le realice el examen general.
• A los pacientes con diabetes se les debe hacer una valoración general en cuanto reciben su diagnóstico, pues la enfermedad puede tener años presente y haber dañado el nervio óptico.
Oídos
• El examen por excelencia para medir la capacidad auditiva se llama audiometría. En una cabina especial se lanzan señales de sonido variables, la persona indica al experto cuando escucha algo y éste registra el volumen y la frecuencia en que lo hace.
• Cuando hay alguna molestia, como dolor o pérdida de la audición, se recomienda acudir con el otorrinolaringólogo para que realice una otoscopia, que consiste en que el médico observa la parte interna del oído y el tímpano con un instrumento denominado otoscopio. Con esta observación se puede detectar si existe alguna infección.
• Si nunca ha tenido molestia alguna, realizársela por primera vez en la adolescencia es una buena opción.
• Las personas que están gran parte del tiempo en ambientes ruidosos también pueden someterse a la prueba.
• Alrededor de los 50 años es conveniente hacerse una audiometría para hacer una “fotografía” del estado del sentido del oído y, a partir de entonces, cada cinco años.
• Si la persona no está sometido a ruido constante e intenso con frecuencia, el deterioro auditivo es sumamente lento.
• La presbiacusia, a la que se puede referir como “oído cansado”, es la pérdida auditiva más común asociada al envejecimiento.
• Existen familias donde la pérdida del oído es común, pues lo determina un factor hereditario; en los miembros de estas familias es recomendable dar seguimiento.
• No hay nada que revierta la pérdida del oído; sin embargo, cuando se detecta se puede considerar el uso de auxiliares auditivos, mismos que hay elegir con la ayuda de un otorrinolaringólogo, pues existe una gran variedad de modelos para cada necesidad y es necesario ajustarlos.
Fuente: Sociedad Mexicana de Oftamología y David Núñez
