La comida del mediodía suele ser la toma más importante, con ingestas en ocasiones cercanas al 50% del aporte calórico diario. La digestión de una comida copiosa y con aportes grasos excesivos puede acompañarse de trastornos generales como hipertensión aguda, vasodilatación cutánea (calor y enrojecimiento de la piel después de comer), disminución de la capacidad de atención y somnolencia, además del malestar que acompaña durante toda la tarde una digestión lenta. + Para evitar estas situaciones indeseables les hacemos algunas sugerencias:
- Evite las comidas abundantes; coma tranquilamente y mastique bien.
- Prefiera alimentos jugosos que apenas precisan grasa ni cocción prolongada.
- Excluya los alimentos excesivamente salados y condimentados.
- Si además sufre de acidez gástrica, evite aquellos alimentos que estimulan la secreción gástrica –café, descafeinado, té y alcohol-. Los derivados del tomate (salsas) y el zumo de cítricos puede causar molestias.
- No tome bebidas gaseadas habitualmente, y acostúmbrese a reducir la cantidad de azúcar de adicción.
- Si toma agua durante las comidas se diluyen los jugos gástricos y se retrasa la digestión. Esta es la razón por la cual a quienes padecen digestión difícil o pesada puede resultarles beneficioso omitir cualquier tipo de bebida durante o justo después de las comidas.
- Después de comer, una infusión de manzanilla o de menta facilita la digestión.
Fuente: Consumer.es