Los nutricionistas advierten de que el ayuno terapéutico resulta interesante, si lo que se trata es de eliminar residuos tóxicos, pero relativamente inefectivo como método para perder los kilos de más, porque esas pérdidas aparentes del inicio del proceso de prescindir de los alimentos se deben en gran medida al descenso de nuestras reservas de agua, procedentes de los depósitos de glucógenos y proteínas.
Mariá Alemany, catedrático de Bioquímica de la Universidad de Barcelona (España), en su “Enciclopedia de las dietas y la nutriciónâ€, invita a ser cauto con este tipo de procedimientos drásticos porque “en cuanto se vuelve a la costumbre de comer sin las precauciones debidas el peso se recupera de forma muy rápidaâ€.
El ayuno es el método de purificación más antiguo. Mientras se sigue el proceso, el cuerpo aprovecha para deshacerse de las sustancias tóxicas y las grasas superfluas. Homeópatas y practicantes de la medicina alternativa defienden que la desintoxicación a través del ayuno potencia nuestras facultades mentales, mejorando la concentración y la memoria.
El plan que les proponemos tiene una primera fase radical. Se trata de un ayuno de 16 a 72 horas como máximo, durante el cual solo se podrá tomar agua en abundancia o infusiones endulzadas ligeramente con aspartamo. En esta fase, la falta momentánea de glucosa y nutrientes que proceden del intestino se cubre a expensas, preferentemente, del glucógeno del hígado, el cual aporta glucosa a la sangre durante un período determinado de tiempo. Dado que el glucógeno se consume casi totalmente el organismo recurre a la proteína para la fabricación de la glucosa necesaria para el funcionamiento del cerebro.
Es en este momento en que el organismo ha depurado toxinas cuando debemos iniciar una dieta hipocalórica equilibrada de ocho días de duración, según el programa de la Dra. Pilar Riobóo, especialista en Nutrición y muy conocida en los medios de comunicación españoles.
La dieta hipocalórica
Unas 1,500 calorías como máximo, consiste en limitar las proteínas e hidratos de carbono a unas cantidades muy exiguas y un poco más elevadas cuando se trata de vegetales. Riobóo recomienda pesar los alimentos en crudo antes de cocinarlos y consumir frutas que no sean tropicales, en almíbar o en compota.
Dos menús tipo de almuerzo de esta dieta serían:.
– 30 grs de arroz blanco con 50 grs de tomate frito y un huevo cocido; 300 grs de ensalada; 30 grs de pan, y una pieza de fruta.
– 50 grs de legumbres con 50 grs de papas, 100 grs de pollo al horno con 150 grs de zanahorias, 20 grs de pan y una pieza de fruta.
Dos cenas tipo de esta dieta serían: .
– 300 grs de verdura cocida, 100 grs de pescado al horno con 100 grs de papas al vapor, 30 grs de pan y una pieza de fruta.
– Una taza de sopa de pasta, 100 grs de pescado a la plancha con 300 grs de espárragos, 30 grs de pan y una pieza de fruta.
El desayuno y la merienda deben incluir una taza de leche descremada con o sin café, una pieza de fruta y una rebanada pequeña de pan tostado.
A media mañana se pueden tomar 40 gramos de pan con una rebanada de jamón bajo en grasa.
Antes de irse a la cama hay que beberse otra taza de leche descremada.
Lo que hay que evitar: No se pueden tomar bebidas con alcohol ni azúcar. Tampoco están permitidos los fritos, los frutos secos y las salsas industriales. Aderece las comidas con aceites de calidad y especias naturales. Evite el café o té muy cargados y coma despacio masticando bien.
Fuente: MSN
