El colegio de médicos publicó en 1962 un informe sobre los efectos del tabaco sobre la salud. Sin embargo, tuvieron que pasar 45 años hasta que se prohibió fumar en los lugares públicos del Reino Unido. Tenemos una mínima fracción de ese tiempo para evitar un cambio climático irreversible, pero, mientras que luchar contra el tabaquismo sigue siendo un objetivo clínico reconocido, la reducción de las emisiones personales de dióxido de carbono no son importantes [para la profesión médica]. ¿Por qué?”. Varios doctores reflexionan sobre su papel en la lucha contra el calentamiento global en el último número de la revista British Medical Journal.
Desde predicar con el ejemplo entre sus pacientes a sustituir los congresos internacionales por videoconferencias, son muchas las medidas que los especialistas proponen. Sin embargo, no todos están convencidos de que el cambio climático pueda combatirse desde la consulta.
Jenny Griffiths, Alison Hill y Jackie Spiby, miembros del Health and Sustainability Network y Robin Soctt, del Cimate and Health Council proponen a sus colegas ‘diez prácticos pasos’ para salvaguardar la salud del planeta.
Además de autoconcienciarse, ahorrar energía y usar menos vehículos dependientes del petróleo, estos especialistas proponen utilizar el cara a cara con el paciente para promover estilos de vida más ecológicos y, a la vez, más saludables. “Llevar una dieta mejor y caminar y usar más la bicicleta ayuda al bienestar y a reducir las emisiones de dióxido de carbono”, apuntan.
“Hemos calculado que la profesión médica como colectivo podría reducir estas emisiones en 5 millones de toneladas al año a través de estas acciones, lo que equivale a lo que emiten medio millón de personas en el Reino Unidoâ€, remarcan.
¿Adiós a los congresos internacionales?
En un documento paralelo, los especialistas británicos James Drife –Imperial College- y Malcom Green –Leeds General Infirmary- discuten sobre los congresos médicos internacionales. ¿Son estos eventos un lujo anticuado que el planeta no puede permitirse?
Para Green, la respuesta es un sí rotundo. Según este experto, la gran cantidad de energía y recursos que se emplea en congregar a un colectivo de profesionales en un mismo tiempo y espacio podría ahorrarse sin que la comunidad médica perdiera en información y actualización profesional.
Las novedades en investigación pueden transmitirse e incluso discutirse perfectamente a través de redes virtuales, videoconferencias y otras tecnologías telemáticas, tal como remarca este especialista para quien, en unos años, “las grandes conferencias internacionales serán tan anticuadas y poco adecuadas para el mundo moderno como el fax, el papel carbón o los coches de caballo”.
Sin embargo, para Green, la riqueza de los contactos en vivo entre profesionales “es difícil de sustituir”.
Además, “cuando viajas como conferenciante, aprendes más de lo que vas a enseñar. Comprendes problemas locales”, señala este experto, quien remarca que “renunciar a las conferencias médicas tendrá un efecto minúsculo en el calentamiento global”.
Fuente: elmundo.es