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Niños obesos y poco longevos

Hamburguesas, bollería industrial, refrescos y muy poca actividad física. La obesidad ataca a los países desarrollados y los niños no se quedan fuera. Los expertos hacen un llamamiento al raciocinio y abogan por luchar contra una epidemia que acorta la esperanza de vida de una generación.

Niños obesos y poco longevosHamburguesas, bollería industrial, refrescos y muy poca actividad física. La obesidad ataca a los países desarrollados y los niños no se quedan fuera. Los expertos hacen un llamamiento al raciocinio y abogan por luchar contra una epidemia que acorta la esperanza de vida de una generación.

“Hemos creado una generación joven que está a punto de tener peor salud y unas menores expectativas de vida que las de sus progenitores. Afortunadamente, todavía se puede arreglar”, ha explicado en una reunión con los medios de comunicación, celebrada el pasado 12 de septiembre en Berlín, S. Jay Olshansky, profesor de Epidemiología de la Universidad de Illinois en Chicago (EEUU).

Este entusiasta de la longevidad -ha escrito mucho sobre cómo prolongar la vida humana- explica que la actual estructura del organismo humano no permite la supervivencia eterna. “La inmortalidad ya existe para el ADN. Desde que adquirió esa propiedad, los que lo portan se hicieron mortales”, explica Olshansky en la conferencia, organizada por la multinacional General Electric.

“La vida se calibra por la llegada y la duración del periodo reproductivo de las especies […] En los seres humanos, se estima una supervivencia de 29,000 días”, declara. Pero, no todo sólo los factores biológicos ponen una fecha de caducidad a nuestros órganos.

Actualmente, uno de estos elementos añadidos es, sin duda, la obesidad. “Para predecir la longevidad no podemos basarnos en tendencias pasadas”, matiza este experto de EEUU. A principio del nuevo siglo, en todo el mundo, la obesidad afectaba a 1.000 millones de personas y el sobrepeso a 300 millones. En 2005, las cifras ascendieron hasta los 1.500 y 414 millones, respectivamente.

“Es muy fácil obtener 150 calorías extra al día (con un simple refresco o zumo), por eso es complicado abordar el problema”, recalca el conferenciante. Y añade: “Me centraría en los tratamientos relacionados con la diabetes, ya que en el siglo XXI va a haber una epidemia”.

Fuente: elmundo.es

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