Los adolescentes enfrentan un ataque mediático y social en el que el cuerpo ideal se asocia con el éxito. Pero las rígidas dietas y estilos de vida a los que se ven obligados afectan su nutrición y desarrollo.
En la adolescencia se produce una verdadera revolución hormonal. Es una etapa de cambios en la que las niñas comienzan a desarrollar formas de mujer y sus pechos afloran, mientras ensanchan sus caderas.
En los varones, por su parte, el cambio de voz y el aumento de la musculatura son los signos más significativos. Ambos experimentan transformaciones hormonales y sus cuerpos reclaman el alimento necesario. Durante la adolescencia, "el cuerpo prácticamente duplica, o triplica en algunos casos, el tamaño de sus órganos y funciones.
Por ello, las proteínas, las vitaminas y minerales sobre todo el calcio son elementos fundamentales en el desarrollo", explica el doctor José María Méndez Rivas, profesor de la Universidad de Buenos Aires y director del Programa de Adolescencia del Hospital de Clínicas de esa ciudad.
Sin embargo, el requerimiento biológico de nuestros adolescentes en plena transformación muchas veces se ve afectado, incluso por factores socioculturales.
"A esas edades, en que es común que las niñas engorden por razones fisiológicas, algunas madres muy dadas al esteticismo insisten en que la niña haga dietas tan pronto empieza a engordar. Precisamente cuando hay que incrementar la cantidad de alimentos y nutrientes", lamentó el profesional.
Pero la influencia social y mediática también influye negativamente en la psicología de los adolescentes. "El ideal de belleza es una mujer delgada, y eso produce un gran impacto en la adolescente, que está preocupada por su figura", explica el doctor Méndez Rivas. "La joven está en una etapa de inseguridad, y se fija mucho en sus pares y en lo que muestran las revistas".
El doctor Roberto Eguía, director médico de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia, de Argentina, coincide en ese aspecto. "Los medios de comunicación transmiten una cultura de demasiada exigencia por un cuerpo perfecto, que tiende hacia la delgadez extrema", precisó. "Las normativas que impone la sociedad de hoy respecto a cómo comer colisionan con esta etapa de la vida en que la alimentación tiene que ser hipercalórica debido al desarrollo".
La anorexia, la bulimia y la obesidad mórbida, por ejemplo, son trastornos de la alimentación. Pero las alertas nutricionales en la adolescencia no van dirigidas sólo a casos patológicos extremos.
Una nutrición deficiente "en principio, puede alterar el crecimiento", dice Méndez Rivas. "El joven puede tener menos altura y sus huesos van a estar descalcificados justo cuando tienen que calcificarse, lo que aumenta la tendencia a la osteoporosis".
Las adolescentes "necesitan de tejido adiposo, o tejido graso, que está muy relacionado con los estrógenos y la menstruación", señala el Dr. Eguía. "En esta etapa de cambios, el cuerpo de las niñas se redondea y parece que estuvieran un poco gordas, pero eso es parte del crecimiento", puntualizó.
Entonces, no importa lo que dicte la sociedad y la moda, ni cuánto énfasis pongan los medios: la nutrición y el desarrollo de nuestros adolescentes debe ser la prioridad.
Fuente: Elmundo.es