Me habría gustado conocer a la señorita Leslie Mae Brown. Era la maestra de la escuela dominical de un pequeño pueblo de Missouri. Cierto día acudió ante el pastor del templo y le dijo que había decidido renunciar.
– Usted predica acerca del infierno -explicó-, y yo no creo en él. Quiero enseñar a mis niños el amor de Dios.
La existencia de algo como el infierno se contrapone a su misericordia. No puedo enseñar algo en lo que no creo.
El pastor se preocupó.
– Si dejamos de hablar del infierno – le dijo a la señorita Brown- aumentará el número de pecadores. Muchos vienen a la iglesia por temor.
Replicó ella:
– Deberíamos procurar que vengan por amor. La Biblia dice: “Dios es amor“. No dice: “Dios es temor”.
Me habría gustado conocer a la señorita Brown. Sabía que el que ama a Dios no le teme, y el que teme a Dios no lo ama.
Fuente: Armando Fuentes Aguirre