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Sigue las indicaciones que te dé tu médico

Sigue las indicaciones que te dé tu médicoSi es de los que suele suspender o modificar los tratamientos farmacológicos, más vale que se tome las pastillas en serio, pues el no seguir las instrucciones médicas retarda su recuperación e incluso puede provocar otras consecuencias, que van desde un dolor de cabeza hasta un infarto.

Gilberto Castañeda, investigador de la Sección Externa de Farmacología del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN, México, señala que las consecuencias pueden ser banales o muy riesgosas, dependiendo del fármaco; pero como esto no lo sabe el paciente, lo que siempre se le recomienda es seguir las instrucciones; si por alguna razón no se quiere apegar a ellas, es necesario que hable con el médico.

Heriberto Pérez, presidente de la Academia de Biofarmacia de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, calcula que alrededor de 60 por ciento de quienes acuden al médico no sigue adecuadamente la prescripción.

Mientras que el Manual Merck de Información Médica para el Hogar precisa que estudios realizados sobre el comportamiento de los pacientes demuestran que sólo 50 por ciento toma el fármaco según las indicaciones del médico.

El investigador del Cinvestav señala que las personas deben tener claro que si se trata de un tratamiento de larga duración la persistencia es crucial, mientras que si es a corto plazo seguir las instrucciones es muy importante.

Resistencia

En enfermedades que no son tan graves, como la gripa, no concluir el tratamiento provoca recaídas, lo que implica que el paciente reinicie la toma de medicamentos, y, al prolongarse la ingesta de fármacos, pueden aparecer efectos colaterales no previstos o se acentúan los efectos secundarios, como mareo, taquicardia, dolor de cabeza, dolor abdominal y diarrea.

Otra consecuencia de no finalizar el tratamiento con antibióticos es el fenómeno de resistencia.

“Un error al tomar la dosis prescrita de un antibiótico puede ocasionar una recidiva de la infección, y puede promover el desarrollo de bacterias resistentes al fármaco”, indica el Manual Merck.

Intentar reiniciar el tratamiento cuando se padecen enfermedades cardiovasculares es mucho más peligroso, pues algunos medicamentos para tratar estos males tienen alta toxicidad, y una sobredosis puede causar un paro cardiaco, advierte Pérez.

En el caso de enfermedades cronicodegenerativas, como diabetes e hipertensión, no apegarse al tratamiento es más riesgoso porque esto puede causar el aumento de glucosa y de la presión arterial y sus respectivas consecuencias.

Confusión

Incumplir el tratamiento también puede ocasionar confusiones peligrosas, indica Pérez. Si el paciente, en lugar de tomarse un medicamento para bajar la glucosa ingiere uno para bajar la presión arterial, puede sufrir palpitaciones, mareos y pérdida de conocimiento.

De acuerdo con Castañeda, existen medicamentos que tienen perdonabilidad, es decir, se perdona la falta de apego, pero otros no.

“Si al paciente se le olvida tomar un día el antihipertensivo no pasa nada, al día siguiente se lo toma y recupera el tratamiento; pero si está tomando un anticonceptivo y la mujer no se lo toma el día que ovula, se embaraza.

“En el caso de la osteoporosis, si el paciente no se toma el medicamento todos los días el hueso no se protege bien y una caída puede ser fatal”, ejemplifica.

No olvide

Cuando no quiera tomar sus medicinas, recuerde:

• Si la gente se tomara los fármacos según las indicaciones recibidas, podría evitarse hasta 23 por ciento de los ingresos en clínicas, 10 por ciento en hospitales, muchas consultas médicas, pruebas de diagnóstico y muchos tratamientos innecesarios.

• En algunos países, incumplir un tratamiento con fármacos se traduce en miles de muertes cada año por enfermedades cardiovasculares, como infarto y accidente vascular cerebral.

Incumplimiento

Estas son algunas razones por las que no se siguen los tratamientos:

• El paciente no entiende o malinterpreta las instrucciones.

• Por olvido.

• Debido a los efectos secundarios (el tratamiento puede ser considerado peor que la enfermedad).

• Negación de la enfermedad (reprimiendo el diagnóstico).

• Falta de fe en la eficacia del fármaco.

• La creencia errónea de que la enfermedad ha sido suficientemente tratada.

• El temor a crear dependencia al medicamento.

• La preocupación por los gastos.

• La incomodidad del tratamiento.

¿Qué hacer?

Para aprovechar mejor el tratamiento, los expertos dan las siguientes recomendaciones:

• Tome el fármaco con un vaso de agua completo para que la absorción sea mucho mejor.

• Siga el régimen establecido en su receta, por ejemplo: tomar antes o después de los alimentos.

• Ingiera los fármacos según las instrucciones anotadas por el médico en su receta.

• Si no se toma la dosis, háblele al médico, pero no ingiera el doble de la cantidad recomendada.

• No olvide o posponga tomarse ninguna de sus dosis durante el día o la noche.

• Si el fármaco le causa algún síntoma, antes de suspenderlo llame a su médico.

• Recuerde que el no concluir su tratamiento puede generar resistencia a los fármacos.

Fuente: Gilberto Castañeda y Heriberto Pérez

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