“El matrimonio es cosa de dos” es una frase sabia a la que habría que añadirle que para que sea fructífero también se requiere que ambas partes trabajen en forma ecuánime.
Es común que en ocasiones la mujer asuma, de manera inconsciente o consciente, gran parte de la labor, sobre todo cuando el panorama tiende a no ser del todo favorable, señala la psicóloga Patricia Méndez.
“Lo ideal sería que una vez que se toma la decisión de casarse, se haga bajo la madurez de entender que no estamos casándonos para ser felices para siempre, pues como en todo se tienen altibajos; una relación de pareja es algo que se construye todos los días”.
Aceptar a la otra persona con sus apegos, obsesiones, defectos y virtudes es uno de los principales factores que puede volver complicado un matrimonio.
“En definitiva, la aceptación no es sencilla. Y el esfuerzo, en el caso de la mujer, es importante. Aquí debemos poner cierto énfasis en tratar de no tomar las cosas tan personal. Tendemos a revisar y desmenuzar todo. Queremos sentarnos con la pareja y pedirle que nos dé las explicaciones de cómo vamos a hacerle con cada punto que nos está generando molestia. A veces el hombre no sabe dar explicaciones ni entiende qué fue lo que hizo”, comenta la experta.
De lo que se trata es de darle la importancia que merece a cada situación y evitar dramatizar cada cosa que se vive; no se puede dejar de lado la estabilidad y el equilibrio emocional.
Un matrimonio seguro
El esfuerzo para mantener una relación, ya sea de noviazgo o matrimonio, tiene que ser, sin duda, en partes iguales: 50 y 50.
“Una relación tiene que estar estructurada como cualquier otra cosa en la vida. Para poder meter estructura en una relación, con una pareja que es un ser que no soy yo, necesito delimitar qué cosas acepto, cuáles no, en qué cosas quiero crecer y en qué cosas quiero ayudar a crecer al otro”, añade Méndez.
Para lograr este trabajo, la psicoterapeuta recomienda partir de una buena base de comunicación, en donde se externe no sólo lo que se quiere o piensa, sino lo que se siente.
“Esto hará mucho más fácil y saludable la dinámica. Y aunque se dude, en estos momentos es posible tener un buen matrimonio si hay de por medio esfuerzo, mucha comunicación, una madurez e inteligencia emocional; este esfuerzo se esperaría fuese iguales por ambas partes”.
Tomen en cuenta
Si están por dar el paso al matrimonio, reflexionen sobre:
• Exactamente qué esperan de una pareja para comprometerse en matrimonio.
• Qué es lo que están dispuestos a dar en un matrimonio para comprometerse de la misma manera.
• No es un cuento de hadas. Hay que saber que existirán momentos buenos y muy valiosos, pero también habrá situaciones difíciles.
• Independientemente de la crianza del otro, tienen que ser respetuosos de lo que piense, y enriquecer sus opiniones, ver la manera de que coincidan para tomar las mejores decisiones.
• Delimitar, en cada uno de los roles, hombre y mujer, qué cosas van a aceptar y a tolerar.
Fuente: Patricia Méndez