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Yoga para el bebé

Yoga para el bebéDe acuerdo al Ayurveda, los días y las semanas después de que nació su hijo son oportunidades espléndidas para entrenar su fisiología, metabolismo y psique para que funcionen sanamente.

El masaje se sugiere para la mamá y para el niño por lo menos 40 días después del parto. El masaje estimula el sistema nervioso y el sistema inmunológico. Además da al bebé una sensación de seguridad y protección. El contacto durante este tiempo es vital para toda la vida del bebé.

En los primeros 40 días, el bebé requiere de un ambiente de paz y quietud, ya que su sistema nervioso se está adaptando del silencio del vientre materno al mundo de intensos estímulos sensoriales. Es importante mantener a su bebé en un entorno en donde la luz y los sonidos sean bajos, los olores no sean muy fuertes y reciba la visita sólo de los familiares muy cercanos.

Entre más tiempo pase la mamá con su bebé los primeros 40 días, será mejor. El masaje con aceite es alimento para la piel del bebé y para sus nervios. Fortalece su piel, mejora su color y textura y la vuelve suave. Se sugiere usar aceite de ajonjolí tibio (prepararlo en baño maría). Evitar tocar el área del ombligo y dar masaje muy suavemente dando pequeños círculos. Esto ayudará a calmar a su bebé y a que pueda dormir plácidamente. No le dé masaje si está congestionado o enfermo.

Yoga

“Al hacer yoga con el bebé y en todo momento, es importante que apoye el movimiento del pequeño con su propio cuerpo y a través de su propio movimiento para transmitir un sentimiento de seguridad en su cuerpo”, indica Bonnie Bainbridge, especialista en yoga y patrones de movimiento. Añade, “si siente que hay áreas donde falta vitalidad en su bebé, use su imaginación y sus manos para proyectar ahí la energía”.

“Disfruta el tiempo con tu bebé y tengan ambos un beneficio”, comenta Shakta Kaur, maestra de Kundalini yoga, quien recomienda: “nunca muevas a tu hijo con fuerza, si se resiste es que se esta ajustando a los espacios abiertos de una nueva vida, ayúdale a relajarse y aprender de su entorno en un modo natural, sé gentil al tocarlo, al verlo, al hablarle y al quererlo”.

Cruzando el Corazón

Esta postura se sugiere para conectar el hemisferio derecho y el hemisferio izquierdo del cerebro. Estira y fortalece los brazos de tu bebé y la espalda alta.

• Acuesta a tu bebé en una colchoneta y siéntate enfrente de él. Toma sus manos y crúzalas sobre su pecho.

• Abre sus manos a los lados. Repite esta secuencia por el tiempo que ambos quieran.

Bicicleta

Esta postura también ayuda a fortalecer las piernas y los músculos abdominales.

• Mueve las piernas de tu bebé como si estuviera pedaleando una bicicleta, y lleva las rodillas a su pecho y de regreso, para liberar el gas atrapado.

• Para terminar, trae sus dos piernas al pecho y muévelas para que se relajen. Repite la secuencia varias veces.

Fuente: Paula Domínguez

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