Los movimientos a favor de personas con discapacidades no han ganado fuerza. ¿Por qué? Una respuesta es que tenemos una concepción colectiva más clara de lo que es ser mujer, persona de color, homosexual o transgénero, que la que tenemos de lo que significa ser una persona discapacitada.
Una persona sin discapacidades puede reconocer a alguien que usa una silla de ruedas, un perro guía, una prótesis o a alguien con síndrome de Down, pero la mayoría no siente que comparte una identidad social y un estatus político con estas personas.
“Ellos†simplemente parecen ser personas a quienes les sucedió algo desafortunado, a quienes les pasó algo muy malo. Lo único que la mayoría de las personas sabe sobre la discapacidad es que no quieren que les pase.
La verdad es que, si te fijas, encontrarás a la discapacidad en todos lados. Poner un poco de atención a las personas con quienes compartes el espacio público puede resultar revelador: personas que usan sillas de ruedas o andaderas, audífonos, bastones, animales guía, piernas o brazos protésicos o dispositivos respiratorios pueden aparecer de la nada, aunque hayan estado ahí todo el tiempo.
El hecho es que la mayoría de nosotros entrará y saldrá de la discapacidad a lo largo de la vida, ya sea a través de una enfermedad, una lesión o simplemente por la acumulación de años.
La Organización Mundial de la Salud define a la discapacidad como un término que abarca discapacidades, limitación de actividad y restricciones que reflejan la compleja interacción entre “las características del cuerpo de una persona y las características de la sociedad en la que viveâ€.
Obviamente, esta definición es amplia y cambia constantemente, así que es difícil tener cifras exactas, pero las que se tienen de fuentes confiables son sorprendentes. Las últimas estadísticas oficiales a nivel global, que son las del Informe Mundial sobre la Discapacidad de la Organización Mundial de la Salud, dicen que cerca del 15 por ciento de la población mundial (más de mil millones de personas) vive con algún tipo de discapacidad.
En América Latina y el Caribe hay al menos 50 millones de personas discapacitadas, según la información del Banco Mundial. Tanto en México como en Argentina hay poco más de cinco millones de personas con alguna discapacidad. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) estiman que uno de cada cinco adultos en Estados Unidos vive con una discapacidad y la National Organization on Disability dice que hay 56 millones de personas con discapacidad en ese país.
Las áreas con mayor crecimiento en discapacidad, si se quiere, abarcan diagnósticos como depresión, desórdenes de ansiedad, anorexia, cánceres, lesiones cerebrales, déficit de atención, enfermedades autoinmunes, lesiones de la espina dorsal, autismo y demencia. Mientras tanto, otras clasificaciones de discapacidad y de población con alguna discapacidad han desaparecido o se han reducido significativamente en el siglo XX gracias a mejoras en las regulaciones sanitarias, en la prevención de enfermedades y en el aumento de la seguridad pública.
Fuente: NYT