Si al cerrar su consultorio le atormenta no haber evitado tratar de manera déspota, prepotente o desinteresada a uno o varios de sus pacientes es probable que el enfermo sea usted.
El estrés crónico al que están sometidos los médicos, quienes en su mayoría tienen más de un trabajo, además de contar con la consulta privada, los hace presa fácil del Síndrome del Desgaste Profesional (Burnout) o Síndrome de Quemarse en el Trabajo, descrito por primera vez en la década de los 70.
Se trata de un mal que se presenta en profesionistas que tienen como misión ayudar a personas que se encuentran en situaciones críticas, así que todo el personal de salud está expuesto.
Pero tienen aún mayor riesgo los médicos que están en terapia intensiva y urgencias, y los cirujanos, asegura María Eloisa Dickinson, investigadora del Departamento de Medicina Familiar de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los estudios revelan que entre 13 y 29 por ciento de los médicos, que laboran tanto en instituciones de salud públicas como privadas sufre de este síndrome.
De no tratarse, los médicos pueden caer en las redes de las drogas y el alcohol, e incluso llegar al suicidio, advierte la también especialista en salud pública y epidemiología.
Otras consecuencias, no menos graves, son las enfermedades físicas que pueden presentar, como gastritis, colitis y migraña. Asimismo pueden manifestar síntomas cardiovasculares, neurodermatitis y alteraciones respiratorias, según el artículo El Síndrome de Desgaste Profesional Burnout en Médicos Mexicanos, realizado por investigadores del Departamento de Medicina Familiar de la facultad.
A eso también se suman los problemas mentales, como la depresión. Todo ello tiene impacto no sólo en el área laboral, sino en todas las esferas en las que se desenvuelve el médico. Es decir, en el ámbito familiar, social, etcétera.
Los síntomas
Diagnosticar el síndrome no es fácil, porque los cambios son paulatinos, así que para los médicos puede pasar desapercibido, pero existen componentes que lo caracterizan y que pueden alertarlos.
Los principales son el cansancio emocional, la despersonalización y el sentimiento de frustración. Quienes padecen cansancio emocional manifiestan apatía por el trabajo: llegan tarde e incluso empiezan a ausentarse.
La despersonalización se caracteriza por la presencia de agresividad. Los médicos están irritables y son intransigentes, lo que desencadena problemas con las autoridades, compañeros de trabajo y pacientes. Sienten que sus logros son escasos y su realización personal es nula, eso los lleva a la frustración.
En un principio, esta sintomatología sólo se presenta en el área laboral, pero después se extiende a todos los ámbitos en los que el médico se desarrolla.
Las causas
El síndrome es multicausal y tiene que ver con componentes externos e internos. Las condiciones laborales inadecuadas son un factor externo que favorece la presencia del síndrome.
Un ambiente laboral poco favorable para los médicos es aquel que es muy demandante. Enfrentarse constantemente a la falta de recursos para trabajar en buenas condiciones también lo es.
“Por ejemplo, si un aparato está descompuesto, el médico tiene que resolver la situación para atender al paciente y eso lo estresa mucho”, menciona Dickinson.
Los componentes internos se relaciona con el tipo de personalidad. Los profesionales que son muy comprometidos y responsables con su trabajo difícilmente pueden negarse a que les aumenten la carga de responsabilidades y si no logran sacar adelante sus tareas se frustran.
Fuente: María Eloisa Dickinson