Casi todos los trastornos psicológicos, como la depresión y la ansiedad, se los achacan a la baja autoestima. Y sí, ésta tiene mucho que ver.
La autoestima se construye con la percepción que cada persona tiene de sí misma: si se agrada, se respeta, se tiene confianza, indica la psicóloga Marcela Domínguez. Por eso es que su nivel de autoestima influye en todo lo que hace.
“Por ejemplo: si una persona siente que no merece ser feliz, de manera inconsciente, hará todo lo posible por sabotear lo que muestre un viso de felicidad”, explica.
La autoestima se forma desde los primeros años de vida, y a partir de la influencia que los adultos, como padres y maestros, ejercen en los niños. La forma en que los adultos se dirigen, a través de palabras o conductas a los pequeños, hará que concluyan si son dignos de ser o no amados.
Para que se forme una alta autoestima se necesitan dos condiciones: que el niño esté seguro de que es digno de ser amado sólo por existir, y que es valioso porque tiene algo que ofrecer a los demás.
Domínguez indica que tener una autoestima alta no significa que se experimentará un estado de éxito total. “Se trata también de reconocer las propias limitaciones y debilidades, y sentir un orgullo sano por las habilidades y capacidades; es tener confianza en la naturaleza interna para tomar decisiones”, puntualiza.
Algunos rasgos para distinguir si goza de alta autoestima son que la persona está segura de su dirección en la vida y abierta al cambio, vive su sexualidad con responsabilidad, se gusta a sí misma y se respeta.
Quienes sufren baja autoestima, señala, se sienten inferiores y poco dignos. “También puede compensarse con sentimientos de grandeza”.
Rasgos de autoestima baja son que la persona se siente amenazada, va hacia donde los otros quieren, se niega al cambio y humilla a los demás.
Fuente: Marcela Domínguez
las persona q tienen baja autoestima deben sentirse alegres por lo q son y no deben hacercaso a las demas personas