Más del 23% de quienes viven en pareja en Estados Unidos duermen en camas o cuartos separados, en muchos casos porque los hábitos de sueño interfieren con el descanso, o para evitar que el deseo sexual a destiempo cause insomnio.
De acuerdo con una encuesta de la Fundación Nacional del Sueño, esa cifra no incluye a las parejas que duermen separadas porque tienen horarios y quieren evitar que el despertador de uno moleste al otro cuando estén exhaustos.
La imagen romántica de la parejita que duerme enroscada cada noche bien puede ser nada más que un mito, según George William, psicólogo y terapeuta matrimonial en Atlanta (Georgia). “Eso rara vez ocurreâ€, añadió. “Las pautas de descanso varían enormemente en casi todas las parejas que yo he atendido. Y aun cuando se lleven muy bien, puede que necesiten dormir separadosâ€. Los hábitos de una pareja, además, pueden cambiar con el paso de los años en la convivencia: la cama compartida cada noche cuando el deseo sexual no es el mismo, puede ser otro motivo de descanso insuficiente, noches en vela y frustración para ambas partes.
La encuesta de la fundación encontró que el 31% de las personas que viven en pareja ha cambiado sus hábitos de descanso y sueño debido a los problemas que tienen sus compañeros o cónyuges para dormir.
El asunto es grave si se tiene en cuenta que el 51% de los adultos en Estados Unidos padece trastornos del sueño o escasez del descanso necesario.
El 23% de las personas en parejas duerme en camas o dormitorios separados o una de las dos personas se va a dormir al sofá. El 8% altera sus horarios de descanso y el 7% usa tapones para los oídos o una máscara para asegurarse de que podrán dormir.
El 38% respondió a los encuestadores que los trastornos del sueño de su pareja han causado problemas en la relación. El 27% dijo que la relación íntima se ha visto afectada por la falta de descanso.
Otro dato interesante de la encuesta es que el 34% de las mujeres dijo que necesitan ocho o más horas de sueño, comparado con el 18% de los hombres.
Helene Emsellen, una profesora de neurología de la universidad George Washington y especialista en sueño que trabaja en Chevy Chase (Maryland), indicó que “para recargar el cuerpo y la mente, necesitamos de siete a nueve horas de sueñoâ€. “Para una buena relación de pareja, es esencial una dosis adecuada de sueñoâ€, añadió. “Puede darlo por seguroâ€.
“Cuando uno va a la cama a dormir, va a dormirâ€, según Louanne Cole Weston, una terapeuta sexual que escribe en el sitio WebMD.com. “Si una persona no duerme cuando está junto a su pareja, no va a estar contenta, ni andará de buen humor. Y si hay resentimiento porque una de las dos partes no duerme lo suficiente, es poco probable que haya intimidad sexualâ€, agrega.
Weston opina que el dormir separados puede ser beneficioso para una relación de pareja. “No señala el final de la relación, en modo algunoâ€, indicó. “De hecho puede ser el comienzo, porque si la persona se siente descansada, puede que empiece a sentirse más interesada en el sexo. Si alguna vez le ha tocado dormir junto a una persona que ronca, usted sabe que eso puede despertarla varias veces en la noche, y eso no crea muy buen ánimo en una relaciónâ€.
Pero Michael Perlis, director del Laboratorio de Investigación del Sueño y Neurofisiología en la universidad de Rochester (Nueva York), tiene una opinión diferente. “Es casi indiscutible que una de las ocasiones más íntimas que tenemos es el tiempo que pasamos con otra persona en la camaâ€, señaló. “Y cuando eso se suprime de manera regular, habrá un impacto sobre la relaciónâ€.
Fuente: EFE
