Las chicas de 15 a 20 años de las sociedades occidentales sólo disponen de una imagen ‘formateada’ del ideal femenino, el de las modelos filiformes de las revistas, a las que tratan de imitar, en perjuicio de su integridad física y psíquica, lamentan los especialistas.
“Es una generación ‘formateada’ para la flacura“, afirma la endocrinóloga Annie Lacuisse-Chabot. “La población joven de hoy sólo ha visto flacas en la primera plana de las revistas y en los carteles de publicidad”, agrega, congratulándose por la decisión de la Pasarela Cibeles de Madrid de prohibir que desfilen las modelos excesivamente delgadas.
Para participar en la gran cita de la moda madrileña, que comenzó el lunes, las modelos deben tener un índice de masa corporal (relación entre la estatura y el peso) de por lo menos 18, coeficiente que equivale, por ejemplo, a 56 kilos por 1,75 metros de estatura.
Esta iniciativa va en el mismo sentido que la práctica aplicada por la revista Elle, que hace dos años dejó de publicar en su primera plana fotos de modelos demasiado delgadas, aplicando también el coeficiente definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las flacas sanas existen: en nuestras sociedades, el 5% de la población son personas “flacas psicológicas”, que comen normalmente pero que tienen ese rasgo de manera hereditaria. Pero las otras están subalimentadas, lo que acarrea carencias alimentarias, en particular proteicas, fatiga, trastornos de la menstruación y problemas de fertilidad.
Pero esas carencias producen también problemas psíquicos: menor resistencia al estrés, depresión, trastornos del comportamiento alimentario, que puede llegar hasta la anorexia e incluso al suicidio.
La persona subalimentada subsiste a costa de sus propios tejidos, consumiendo las reservas grasas y luego la masa muscular y hasta las vísceras.
Desde hace 20 años, los médicos nutricionistas constatan que mujeres jóvenes de cuerpo totalmente normal (masa corporal entre 18,5 y 25) acuden a sus consultas para tratar de adelgazar. Este fenómeno, anecdótico en los años 1980, se ha convertido en “un fenómeno social” y concierne a muchachas cada vez más jóvenes, señalaron en el 2003 especialistas reunidos en París en un coloquio titulado El cuerpo de la mujer bajo influencia. Rodeadas por cuerpos cada vez más delgados y cada vez más expuestos, las mujeres se ven sistemáticamente más gordas de lo que son, mostraba una investigación publicada en esa ocasión.
A principios de los años ochenta, los números de invierno de las revistas femeninas mostraban jóvenes muy delgadas, pero envueltas en abrigos y gorros de lana, según la citada investigación. Desde 1985, las modelos son desnudadas en todas las estaciones.
En las mismas revistas, el número de incitaciones a hacer régimen se ha multiplicado (de 17 por año en Francia entre 1980 y 1982, a más de 60 anuales entre 1999 y el 2001).
Las encuestadas se veían “delgadas” cuando estaban flacas, y “normales” cuando estaban delgadas. El 49% de ellas se consideraban “demasiado gordas” cuando 97% eran normales.
“En nuestras sociedades occidentales, hemos pasado de una angustia latente, profunda, milenaria, de falta de alimentos, de miedo a la hambruna, que valoraba el cuerpo redondeado, hasta un modelo ideal de flacura, cuando nunca tuvimos tanta comida y de forma tan segura”, sostiene la antropóloga Annie Hubert, del Centro francés de Investigaciones Científicas (CNRS).
Fuente: AFP