Si cada que suena el teléfono y su hijo corre a contestar usted entra en un estado de ansiedad por el temor de que pueda revelar información que ponga en riesgo la seguridad de la familia, existe un camino para no limitar esa iniciativa de los pequeños: enseñarles a contestar de manera segura. A continuación algunos consejos.
• Es necesario que se dé tiempo para hablar exclusivamente del tema con ellos. En esta plática les debe quedar claro la importancia de la seguridad en el hogar y fuera de él. No los espante, sólo dígales que son medidas para que todos los miembros de la familia estén bien.
• Acuerden en familia reglas y procedimientos en la utilización del teléfono. Si están todos ¿quién contesta? Si los niños están solos ¿contestan o no lo hacen?
• Si tiene la posibilidad, no dude en contratar el servicio de identificador de llamadas.
• Entre todos los miembros de la familia especifiquen y graben los números más importantes en la memoria del teléfono.
• Si el niño o niña contesta, enséñele que nunca debe decir que está solo en su casa, es mejor decirle a quien llama, que su mamá o papá están ocupados por el momento, que él apuntara el mensaje y luego colgar.
• Al contestar el teléfono, su hijo no debe dar información. Si la persona que llama pregunta: “¿Quién eres?”, enseñe a su hijo a decir: “¿Quién habla y con quién desea hablar?”, si no le dicen, deberá colgar inmediatamente.
• Si llama alguien que no conocen, indíqueles que no deben seguir la conversación telefónica, que digan que ya no pueden seguir hablando y colgar.
• Si su hijo no se siente cómodo o se asusta por alguna cosa que dice la persona que llama, dígale que cuelgue el teléfono y que siempre debe comentarle a usted sobre todas las llamadas telefónicas que hubo.
• Si tiene un contestador automático puede dejarlo prendido cuando su hijo está solo.
• Asegúrese de que sus hijos sepan cómo comunicarse con usted en caso de una emergencia, ayúdeles a aprenderse su número de teléfono del trabajo o el del teléfono celular.
• Los niños deben tener a un adulto de confianza (tío, tía, abuelos) a quien puedan llamar si están solos en la casa y llegan a sentir miedo o tener una emergencia y no pueden comunicarse con alguno de sus padres.
Fuente: Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados, Estados Unidos
