La única forma que tienen los niños de saberse queridos, respetados y protegidos por sus padres es cuando reciben expresiones explícitas de afecto como abrazos o frases cariñosas, de otro modo, no tienen forma de adivinarlo.
Pepa Horno, activista española que ha colaborado en programas para prevenir la violencia contra la infancia para Save the Children, Unicef y los Ministerios de Educación, Sanidad y Bienestar Social de varios países de Europa así lo refiere.
La psicóloga subraya la importancia de no dar por hecho que los niños saben que sus padres los quieren.
“El niño no lo sabe si no se lo demuestras, el afecto tiene que ser expresado, si no lo dices, si no abrazas, si no acaricias, si no pasas tiempo con ellos, si no tienes detalles con ellos, si no te sientas a cenar con ellos, ellos no saben que les quieres”, asegura.
La especialista resaltó que cuando un niño se desarrolla en un ambiente de amor y respeto, al crecer busca lo mismo en una pareja a la hora de formar su propia familia porque desde pequeño se le enseñó que es digno de ser amado y que tiene la capacidad de amar a otros.
Fuente: Pepa Horno