Si tienes el anhelo común de ser mejor persona, frenar la ola de negatividad que puede rodearte, una manera de comenzar es cultivando la compasión.
Sólo hay que voltear a ver un elemento tan cercano como poderoso, la mente.
Si reaccionamos con enfado ante las tragedias, de alguna manera cooperamos a esta ‘ola de negatividad’ y eso tendrá un impacto en nuestra vida personal, en nuestras relaciones familiares, sociales y profesionales.
Si, en cambio, desarrollamos la capacidad de estimar a los demás y empatizar con ellos, es decir, de entender que experimentan dolor, frustración, deseos no satisfechos y que, debido a la confusión, muchas personas cometemos acciones perjudiciales, consideraremos este sufrimiento insoportable y desearemos liberar a los demás del sufrimiento.
Expertos describen a la compasión como un corazón de oro que hace que el ser humano se esfuerce por superar malos hábitos, realizar buenas acciones y evitar dañar a los demás.
Lo cuál afectará positivamente nuestras relaciones con nuestros seres queridos, seremos más eficientes en nuestro trabajo y nos sentiremos mucho más cerca de los demás.
Fuente: Guen Kelsang Shima